Ayudar a las personas con discapacidad es uno de los principales quebraderos de cabeza de la sociedad actual. No es extraño ver por la calle a una persona con andador, silla de ruedas, bastón y demás de artilugios que hacen la vida más fácil a aquellos que tienen más dificultades. Además, por desgracia estas personas se encuentran con obstáculos que no ayudan a hacer más fácil el día. Por suerte, esto está cambiando y las ciudades se están adaptando para hacerse más accesibles. Pero en el caso de Málaga, ¿es una ciudad accesible?

Para Sonia Rivero, malagueña que padece un problema de visión, la principal dificultad que encuentra es el mal estado de las calles. «El carril bici no se diferencia, hay señales y árboles en mitad de la calle que hacen más difícil circular con normalidad», explica. Además, destaca que «la vía pública necesita ser arreglada y que es una ginkana».

Por otro lado, Sonia Rivero también señala la falta de semáforos a través del mando y de paradas de autobús adaptadas. «El Centro está muy bien adaptado, pero el resto de barrios están descuidados», se queja. Aún así, Rivero destaca que sí se ha encontrado con muchas mejoras como ,por ejemplo, que algunos de los restaurantes del Centro disponen ya de cartas en Braille.

Muchas de estas medidas se deben al trabajo que hace la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) junto a las entidades públicas de la ciudad. Francisco Rey, técnico de rehabilitación de la ONCE, y Marcelo Rosado, responsable de servicios sociales de esta organización, opinan al respecto. Así, Rosado destaca especialmente el haber conseguido adaptar las playas para personas con movilidad reducida, el trabajo con muchos locales de Málaga para adaptar las cartas y, en especial, con la Empresa Malagueña de Transportes para desarrollar una aplicación móvil pionera en España que avisa al conductor de que en determinada parada hay una persona con necesidades especiales.

Por su parte, Francisco Rey subraya que «Málaga es una ciudad adaptada», pero también añade que las obras suponen un gran impedimento. «Nosotros directamente aconsejamos a nuestros afiliados que eviten las zonas con obras», explica. Otro punto al que Rey dedica mucha importancia es la gran colaboración que hay con los organismos públicos como el Ayuntamiento o la Diputación. «Siempre que hay alguna obra o reforma nos mandan un informe y nos piden consejo, el último ejemplo es el metro». El metro de Málaga posee un pavimento de encaminamiento para personas ciegas, unas baldosas negras con puntitos que se pueden ver dentro de cada parada, al igual que las audioguías en las máquinas de compra de billetes.

Pese a todas esas mejoras, tanto Rosado como Rey coinciden en que, si la comparamos con hace unos años, «Málaga si es una ciudad adaptada pero queda mucho camino por delante».

Por su parte, la concejala de Accesibilidad, Carmen Casero, explica que el Ayuntamiento de Málaga trabaja para «hacer de Málaga una ciudad accesible» y «romper todas la barreras posibles». Para ello, presentan un gran número de programas pioneros con los que se pretende ayudar a que las personas con discapacidad disfruten de todos los eventos de la ciudad como la Noche en Blanco o la Feria. Además, también disponen de un plan para turistas discapacitados.