El padre Tiburcio Arnaiz (1865-1926), sacerdote jesuita y misionero nacido en Valladolid, será beatificado el próximo 20 de octubre ante la expectación de más de 10.000 personas procedentes de diversos puntos de Málaga y provincia en un acto que tendrá lugar en la Catedral de Málaga y sus alrededores.

La ceremonia estará presidida por el Cardenal Angelo Becciu, prefecto de la Sagrada Congregación para la Causa de los Santos, en la que será su primera visita a España desde que recibió este cometido, tal y como ha afirmado a Efe la directora de las Misioneras de las Doctrinas Rurales, la hermana María Leticia Montero.

El padre Arnaiz es una figura venerada por el pueblo malagueño gracias al legado que dejó en la ciudad, aseguran sus seguidoras, y en los más de sesenta pueblos que visitó además de las provincias de Cádiz y Sevilla, donde creó escuelas en los sitios más apartados que no tenían acceso a la enseñanza ni a la religión.

"El proceso de beatificación empieza a la semana de su entierro, cuando se forma el primer patronato para la causa, pero todo se paralizó con la salida de los jesuitas de España por la guerra", señala Montero acerca del tiempo que lleva esta iniciativa en marcha, que no vio la luz hasta el pasado 18 de diciembre de 2017.

En esta fecha, el papa Francisco ratificó el milagro atribuido al padre Arnaiz por lo ocurrido en 1994, cuando Manuel Antonio Lucena sufrió un infarto de miocardio que lo dejó sin oxigenación diez minutos, y tras la visita de su hermana a la tumba del jesuita, se recuperó sin secuelas, lo que el equipo médico del Hospital Carlos Haya asumió como "sin explicación científica".

La beatificación engloba una serie de actos y eventos -además de la ceremonia principal- que comenzaron en mayo con un ciclo de conferencias en torno a su figura, seguidas de una peregrinación al lugar donde empezó su doctrina rural, y para concluir, una exposición biográfica que se puede visitar desde septiembre.

En la preparación del acto de beatificación han participado diversas instituciones de la ciudad, como el Ayuntamiento, la Diputación, la Agrupación de Cofradías y la Diócesis, además del impulso por parte del Patronato del Padre Arnaiz, que incluye a las Misioneras de las Doctrinas Rurales y a los jesuitas.

Esta ceremonia contará con momentos de especial emotividad, según Montero, como el descubrimiento de la gigantografía de tres por cinco metros con la imagen del sacerdote, que colgará de las cornisas más altas de la Catedral, basada en el cuadro pintado por el malagueño Raúl Berzosa con motivo del acontecimiento.

Otro de los detalles es la participación en el acto de una coral formada para esta ocasión con doscientas voces que irán acompañadas de los dos órganos de la Catedral y por la Orquesta Sinfónica de la Diputación de Málaga.