Al preguntar sobre la lista de espera para ser sometido a esta intervención el jefe de Endocrinología del Clínico, Francisco Tinahones, responde así: «Si contamos con una prevalencia del uno por ciento de la población con obesidad mórbida, en Málaga, que tiene un millón y medio de habitantes, estamos hablando de unas 15.000 personas. Claro que hay lista de espera», sentencia.

Sin embargo, el especialista va más allá de esas personas que están en diferentes fases del circuito o esperan para ser operados. «A la hora de operar priorizamos. Primero van aquellos que tienen patologías asociadas y/o sus vidas corren peligro», matiza. Aun así, el desafío al que se enfrenta la sanidad es el de adaptar sus recursos a este tipo de personas. Se requieren camas que soporten más peso, ambulancias adaptadas, quirófanos adecuados.... «Los hospitales tendrán que ser adecuados», resume.

La tendencia apunta a que este tipo de intervenciones, que ahora no supera las cuatro a la semana en Málaga como máximo y en circunstancias normales, cada vez serán más habituales ante el aumento de personas con obesidad mórbida. «A las consultas ya llegan personas de entre 20 y 30 años por problemas de sobrepeso», señala como otro de los cambios que se ha dado en consulta en los últimos años.

Otro de los grandes problemas se encuentra en los niños. Cada vez son más los que presentan problemas de obesidad. Tinahones asegura que España está en el dudoso pódium de países europeos con las tasas más elevadas, sin embargo, parece que ese porcentaje del 25 por ciento de niños obesos se mantiene en los últimos años. Con una sociedad «claramente obesogénica», el especialista asegura que la magnitud del problema requiere de una mayor implicación política y de todos los agentes para abordarlo. «Es uno de los mayores problemas sanitarios del siglo XXI», sentencia.