El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, cree que el freno temporal del Ministerio de Cultura al proyecto de Biblioteca Provincial en el antiguo convento y colegio de San Agustín, adelantado este jueves por La Opinión, «puede ser una oportunidad» para estudiar la ampliación del vecino Museo Picasso por San Agustín.

De la Torre, que hizo las declaraciones en el Forum Europa de Nueva Economía celebrado este jueves en el Hotel Miramar, recordó que ya planteó esta propuesta hace años a la Junta de Andalucía cuando la presidía Manuel Chaves pero «no hubo acogida».

El alcalde puso el ejemplo del Museo Picasso de Barcelona, «que ha tenido varios crecimientos, prolongaciones y ocupaciones de más edificios y en Málaga no tenemos otra forma de hacerlo». De la Torre manifestó además que «hubiera sido bueno decidir un espacio nuevo, como la parcela que está enfrente de la Comisaría Provincial». En todo caso, también indicó que no quería «dilatar» este asunto y confió en el diálogo entre el Gobierno central y la administración autonómica, que gestionará el espacio.

La concejala Lorena Oña, del grupo municipal socialista, subrayó ayer que el PSOE quiere «el mejor proyecto posible», por lo que, «si no es el adecuado por criterios técnicos, habrá que buscar el que sí lo sea». Oña sí pidió que se haga la biblioteca provincial y «a la mayor brevedad posible, ya que es un equipamiento necesario y se ha incumplido por parte del Gobierno central desde los últimos años de manera reiterada».

Para el concejal Alejandro Carballo, de Ciudadanos, «es muy del alcalde dar vueltas otra vez». En su opinión, «hay que ser más pragmático y hacer la biblioteca, pero que se respete el valor histórico del edificio y no se haga cualquier barbaridad».

Por su parte Eduardo Zorrilla, portavoz de Málaga para la Gente, vio positivo «que se replantee un proyecto que no compartimos porque creíamos que era agresivo con el edificio protegido». En todo caso, sí abogó porque «no acumule más retrasos de años» y acoja la Biblioteca Provincial del Estado.

El grupo municipal Málaga Ahora remitió a las declaraciones de mayo de la portavoz, Ysabel Torralbo, que pidió en la comisión de Urbanismo la intervención del Ayuntamiento ante el Ministerio «con determinación», para modificar el proyecto actual y llevar a cabo una rehabilitación respetuosa, «lo que implica no alterar la estructura principal del edificio ni la sustitución masiva de elementos de la estructura».

El proyecto arquitectónico, de 2008, contempla entre otras actuaciones techar los dos patios, la demolición de la fachada posterior y del segundo patio y la desaparición de varios elementos decorativos en este edificio con protección arquitectónica integral.

Colectivos por el Patrimonio

Entre los colectivos en defensa del Patrimonio que desde hace dos semanas recogían firmas contra el proyecto y habían enviado un escrito de denuncia a la Junta había ayer satisfacción por el freno del Ministerio de Cultura pero también se mostraban precavidos.

Un portavoz de Málaga REC, el colectivo que ha encabezado las iniciativas en defensa del antiguo convento, declaró que lo que se pretende «lo hemos visto muchas veces en Málaga: respetar la fachada, hacer un vaciado y lo demás es todo nuevo y luego está la techumbre, que aunque sea para aprovechar el patio de lectura no es acorde con el edificio en el que está».

El representante de Málaga REC pidió que lo que se lleve a cabo «sea para bien, no solo para callarnos las críticas» y reclamó que «se aplique la ley» y que el resultado «sea respetuoso y hecho con expertos que conozcan la realidad del edificio».

Anton Ozomek, de «Edifeicios», se mostró por su parte «muy satisfecho» por la reacción ministerial pero también señaló que su colectivo estará «atento para ver realmente cuál va a ser el futuro del edificio,y si de verdad se va a paralizar y repensar el proyecto». En todo caso, indicó que «este tipo de cosas habría salido para adelante si no hubiera encontrado ningún tipo de protesta». Por último, comentó que no le desagradaba la idea de ampliar el Museo Picasso por San Agustín.

El profesor de Historia del Arte de la UMA, Francisco Rodríguez Marín, autor de una tesis doctoral sobre los conventos de Málaga y que estudió la carrera en San Agustín, declaró ayer que «lo bueno de la defensa del Patrimonio es que no es una sola persona sino una parte de la sociedad malagueña la que reacciona». Rodríguez Marín recalcó que no se trata de ir contra la arquitectura contemporánea, «que puede convivir con la conventual» sino de que «solo» hay dos tipos de arquitectura, «la buena y la mala».

Para el arquitecto y columnista de La Opinión, Luis Ruiz Padrón, «el proyecto resuelve exigencias técnicas del programa pero no parece que trate el edificio con todo el mimo que debiera».