La Audiencia de Málaga tiene previsto juzgar el próximo jueves día 11 de octubre a un hombre para el que la Fiscalía pide 19 años de prisión, acusado de maltratar por celos a su pareja y, supuestamente, violarla un día en el que también la encerró en su casa. Además, posteriormente, quebrantó la orden de no comunicar con ella.

Según las conclusiones provisionales del fiscal el procesado mantuvo una relación de pareja durante dos años con la víctima, la cual terminó en octubre de 2015. Durante el tiempo de convivencia el acusado supuestamente "ha maltratado física y psíquicamente a la perjudicada".

El ministerio público sostiene que las agresiones físicas comenzaron presuntamente a los cinco meses de iniciarse la relación y "consistieron en tirones de pelo, empujones y agresiones al agarrarle del cuello", estando motivadas "siempre por celos y sin que la perjudicada haya acudido nunca al médico por temor".

Asimismo, dice la acusación, el procesado mantenía "un control sobre la vida social de la perjudicada, revisando continuamente sus mensajes y llamadas de teléfono", además de que llegó a contratar a un detective privado en octubre de 2015 "para que la siguiera y saber todos sus movimientos" mientras él estaba de viaje en Madrid.

A mediados de octubre de 2015, la perjudicada regresó junto al procesado tras realizar un servicio de catering cuando le solicitó que la llevara al domicilio de sus padres a recoger su coche. Cuando la mujer sacó su teléfono, el acusado "se lo arrebató, revisándole todas sus conversaciones", según relata el ministerio público.

Además, señala el fiscal, "le propinó un fuerte puñetazo en el estómago", tras lo que continuó "pegándole golpes durante la conducción, al tiempo que le decía "insultos y amenazas". Al negar la mujer a entrar en la vivienda, el acusado presuntamente "comenzó de nuevo a agredirla, dándole golpes, mordiscos y tirones de pelo".

Así, la llevó al domicilio y cerró la puerta con llave "para evitar que pudiera escapar o pedir ayuda"; tras lo que, dice la acusación, la llevó al dormitorio, le intentó curar las heridas y después le quitó la ropa "pese a sus negativas y sus llantos, volviendo a golpearla".

Tras esto, presuntamente la violó "con la expresa oposición" de la mujer, según el relato del fiscal, y "sin que pudiera hacer nada por la fuerte complexión física del procesado". Después escondió el móvil "para que no pudiera pedir ayuda", pero cuando se quedó dormido, la víctima aprovechó para solicitar auxilio por la ventana.

Debido a estos hechos, ella sufrió varias lesiones. El Juzgado de Violencia sobre la Mujer dictó una medida por la que se prohibía al acusado acercarse o comunicarse con la víctima, que le fue comunicada al procesado, a pesar de lo cual efectuó llamadas de teléfono desde la cárcel para que retirara la denuncia.

Así, la Fiscalía le acusa de los delitos de malos tratos habituales, detención ilegal, agresión sexual y quebrantamiento de medida cautelar, solicitando en total una pena de 19 años y tres meses de prisión y 15 años de alejamiento de la víctima, instando a que la indemnice con 46.000 euros por los daños morales.