Filosofía y Letras es la cuarta facultad de la Universidad de Málaga con más número de estudiantes matriculados, más de 3.700. Cuenta con ocho títulos de grado, seis de máster y dos programas de doctorado. Juan Antonio Perles es el decano de este centro desde hace dos años. Discrepa del discurso que sitúa a las Humanidades como víctimas del sistema educativo y hace una defensa de estas enseñanzas, de su presente y, sobre todo, de su futuro, porque sostiene que las Letras tienen un largo recorrido.

¿Están las Humanidades desprestigiadas?

En primer lugar habría que distinguir qué entendemos por Humanidades. Y en segundo lugar, situarnos desde qué nivel lo analizamos. Por si lo hacemos desde la perspectiva del decano de la cuarta facultad de la UMA en cuanto a número de alumnos y titulaciones, con uno de los grados que mayor nota de corte exige (Traducción e Interpretación en Inglés) es difícil percibir que las Humanidades estén en declive. Al contrario. Diría que están bastante sanas, y que hasta gozan de futuro halagüeño. En sí, todo hace pensar que lo que se viene a llamar ahora cuarta revolución industrial puede beneficiar la demanda de estudios en Humanidades.

¿Cómo se puede hacer frente entonces a esa frase que se lleva escuchando prácticamente desde siempre de que «el que vale, vale, y el que no a Letras»?

Es desenfocado absolutamente, aunque se entiende que se perciba así. Sin embargo, he de decir que aunque la aplicación del conocimiento es lo que parece estar en boga en el mundo empresarial, incluso hay hasta obsesión, diría, la empresa prefiere tener gente bien formada, con buen espíritu crítico, que pueda dirimir la realidad y entender los mensajes de manera completa. El formato que orienta las titulaciones hacia la aplicación del conocimiento tiene un recorrido corto, porque todo cambia muy rápidamente y hace que pronto ese conocimiento quede obsoleto. Es mejor tener un conocimiento más amplio que te haya dado unas competencias que te sirvan para adaptarte a las nuevas situaciones. De otro modo, únicamente empobrecemos a los seres humanos. Restamos.

¿Se sienten víctimas?

La crisis de las Humanidades es una incitación a la victimización. Y la posición de víctima del sistema no es positiva. Uno siempre puede desplazar hacia causas externas lo que se puede percibir como dificultad y es mejor que este mensaje no cunda. No nos interesa sentirnos víctimas. Existe una leyenda negra en todo lo que rodea las Humanidades que nos perjudica. Es cierto que en el ámbito de la investigación hay proyectos que son difíciles de imbricar, pero contamos con buena salud, estamos bien financiados porque cada vez se trabaja más en la transversalidad. tenemos proyectos bien financiados porque cada vez más se trabaja en el ámbito transversal. Pasa algo parecido respecto a la aplicación de las nuevas tecnologías. Aquí no trabajamos con libreta y pluma, también usamos y hemos asumido el avance de las TIC hay áreas de conocimiento muy pujantes en el ámbito docente.

Los datos sobre inserción laboral sitúan a las Artes y las Humanidades en el peldaño más bajo de las distintas ramas de conocimiento. Sus egresados son los que tardan más en encontrar trabajo, los que menos tasa de ocupación tienen y, para colmo, los peor pagados. ¿Puede esto hacer que un aspirante se replantee su vocación?

Claro que existe la posibilidad, pero depende de cada individuo. Como el mercado es tan volátil y exige recursos humanos de manera cambiante, la demanda es distinta. A nuestros estudiantes universitarios se les indica en el período de orientación, que lo mejor es estudiar algo que te inspire. Asumir los estudios que te llenen. No existe ya una necesidad continua de personal formado en las mismas cosas. Es todo siempre muy coyuntural, así que es mejor hacer algo ocasionalmente y hacerlo bien a hacer algo que no te inspire y hacerlo de manera mediocre. Guiarte por el mercado laboral es una equivocación porque no vas a disfrutar, que es lo que nos hace mejores profesionales.

¿Por qué tienen menos oportunidades laborales?

Para aquellos que no salen el extranjero, y que tienen mucho éxito profesional, la salida habitual es la función pública o trabajos en ámbitos privados relacionados con la educación. Cuando ha habido menos oferta pública es cierto que ha incidido en esos índices de ocupación. Es decir que todo hay que ponerlo en su contexto. También hay muchos egresados que siguen formándose todavía. Que no se conforman solo con tener su grado, sino que estudian un máster.

¿Hay carreras que no cubren todas las plazas que ofertan?

Alguna hay. También hay otras que tienen lista de espera. Geografía, Filología Clásica, Historia... les cuesta. Si estudias Medicina es para ser médico. Si estudias Periodismo es para ser periodista, pero no queda eso tan claro en estas carreras porque la profesión no viene en el nombre de la titulación.