Más de 120.500 accidentes de tráfico con animales implicados se han registrado en las vías interurbanas de toda España en los últimos seis años y, de ellos, hubo víctimas (heridos y muertos) en 3.710, de las que 28 fallecieron. En Málaga, los siniestros de este tipo fueron 951, 92 de ellos con víctimas pero ninguno con fallecidos.

Son datos que aporta el Gobierno en una respuesta parlamentaria a los diputados de Ciudadanos José Luis Martínez, Irene Rivera y Miguel Ángel Garaulet correspondientes al periodo 2012-2017 y que no incluyen los referidos a Cataluña y País Vasco por tener competencias propias en materia de tráfico. La respuesta ofrece información desglosada por años y provincias, de la que se desprende que es Burgos, en Castilla y León, la que más siniestros de este tipo registra, con 10.316 en el último sexenio, 105 de ellos con víctimas. De ellas, una murió.

Precisamente otra provincia de esa misma comunidad, León, es la segunda en número de accidentes en las vías interurbanas, con algo más de 9.000, si bien se coloca en primer lugar en cuanto a los incidentes de este tipo que ocasionaron alguna víctima, con 257. Y si se tiene en cuenta solo la cifra de personas fallecidas a consecuencia de los accidentes de circulación con animales, Lugo y Madrid se sitúan a la cabeza, con tres muertos, por delante de los dos de Albacete, Huelva, Toledo y Zamora.

Datos de la Dirección General de Tráfico (DGT) reflejan que son los jabalíes los animales que provocan más accidentes. Así, entre 2012 y 2016 (con datos cerrados, ya que los de 2017 son aún provisionales), estos mamíferos estuvieron implicados en casi 9.000 siniestros. Mientras, los corzos ocasionaron unos 6.000 accidentes y los perros algo más de 3.700.

Pero en la lista de animales aparecen otros como los zorros, los gamos, los ciervos, los conejos, las liebres, los lobos, el oso pardo, los rebecos, el gato montés, los tejones y hasta el lince ibérico.

Un estudio que en su día publicó la web compramostucoche.es, y que recogió la revista de la DGT, señalaba que el 80 por ciento de este tipo de accidentes tenía lugar en las carreteras convencionales y que la mayoría se producen en primavera y otoño, y subrayaba que el atardecer y la noche son los momentos más peligrosos. Además, recordaba que la aves reducen el campo visual provocando colisiones contra el parabrisas, mientras que los anfibios afectan a la adherencia de los neumáticos si se pasa por encima de ellos y los animales grandes provocan graves accidentes al colisionar contra el vehículo o al intentar esquivarlos.