Tras meses de incertidumbre sobre lo que supondría el cambio de nomenclatura del combustible, de anuncios sobre el fin del diésel o la gasolina tal y como la conocemos o de dudas sobre lo que íbamos a encontrar en las gasolineras cuando fuésemos a repostar... El gran día, camuflado por el puente del Pilar, llegó ayer.

Un día en el que, según el secretario general de la Asociación Provincial de Estaciones de Servicio (Apes) de Málaga, Miguel Ángel Ramírez, «no hubo ningún incidente» a pesar de la entrada en vigor de esta nueva normativa. Y es que, en principio, «para el usuario no va a suponer un problema excesivamente grande en tanto que va a convivir todavía la antigua nomenclatura con el nuevo etiquetado», aseguró.

Esa es la clave de todo esto, que los conductores seguirán viendo, al lado de las nuevas pegatinas con nombres como E5 y B7 -que serán las más comunes en las gasolineras españolas- los nombres de siempre como gasolina 95, gasolina 98 o las diferentes gamas de diésel. Así que ya pueden desaparecer las dudas que asaltaban a los conductores sobre si tendrían que elegir entre nombres imposibles, si no entenderían la nueva nomenclatura o si tendrían que decir adiós al diésel y la gasolina porque, por ahora y según parece hasta dentro de bastante tiempo, todo seguirá casi igual. Que no cunda el pánico.

Además, estos nuevos logos no sustituirán a nada de lo que se conoce hoy tampoco en cuanto al tipo de producto. Otro de los motivos que han hecho que no se llegara a comprender bien el porqué de estos cambios. En este sentido, el secretario general de la Agrupación Española de Vendedores al por Menor de Carburantes y Combustibles (Aevecar), Víctor García Nebreda, insiste en que «el nuevo etiquetado informativo para los carburantes ni sustituye ni modifica la información que se da en la actualidad en las estaciones de servicio sobre los carburantes que se suministran en las instalaciones».

Normativa europea

Y, entonces, ¿por qué se hace todo esto? El motivo es muy sencillo: porque la Unión Europea con esta nueva normativa quiere armonizar las estaciones de servicio y que los carburantes tenga el mismo etiquetado en toda la eurozona.

De esta manera, explica Ramírez, «se evitan confusiones cuando salgamos al extranjero» para no estropear el motor poniendo un carburante que no es el que necesita tu coche. En definitiva, el principal objetivo es que viajar en coche por Europa no suponga un problema a la hora de elegir surtidor. Por ello, es una medida bien acogida por Apes «porque la teoría es que sea para mejor».

Por eso, también los vehículos de nueva matriculación, desde turismos a ciclomotores pasando por triciclos o autobuses, llevarán en el tapón del combustible el tipo que necesita para facilitar el repostaje, sobre todo, de cara al futuro, cuando ambos etiquetados ya no convivan. Algo que parece que será dentro de bastante tiempo porque, según confirma el secretario general de Apes de Málaga, «aún no hay fecha» establecida para quitar definitivamente el antiguo etiquetado.

Así, aunque la medida vigente desde este viernes sea transitoria, que no se le haya puesto fecha de caducidad a los identificativos tradicionales lleva a Aevecar a vaticinar que unas y otras pegatinas convivirán durante bastante tiempo, en parte también por el interés de las diferentes marcas comerciales que identifican los clientes.

En cuanto al nuevo etiquetado, que por ahora no hará más que aportar una información adicional con la que antes no se contaba, lo primero que hay que saber es que la gasolina se identificará con una E y el diésel con la B.

Etanol y biodiésel

Concretamente, la gasolina estará señalizada con un círculo y la letra E, que significa etanol, además de un número como el 5, el 10 o el 86. Estas cifras marcan el porcentaje de etanol que lleva el combustible. Por ejemplo, las gasolinas 95 y 98 -cuya diferencia en la actualidad, según Aevecar, viene determinada por los aditivos- se corresponderán con el E5.

Por su parte, el gasóleo está definido por un cuadrado y la letra B, que significa biodiésel. Los números en esta etiqueta serán el 7 o el 10 y, al igual que en la gasolina, hacen alusión a la cantidad de biodiésel que contiene el carburante. El B7, a efectos prácticos, será el gasóleo que generalmente se suele utilizar.

Es por ello que el E5 y el B7, como decía Ramírez, serán los más visibles en las estaciones de servicio españolas. Mientras que el E10 o el E85 serán mucho más complicados de encontrar en las gasolineras de España, apostilla Víctor García Nebreda.

Además, hay una etiqueta denominada XTL para el diésel sintético, esto es, que no deriva del crudo de petróleo. Finalmente, los combustibles gaseosos, como hidrógeno o gas natural en sus diferentes vertientes, aparecerán con un rombo y símbolos tales como H2, que se refiere a hidrógeno; CNG, gas natural comprimido; LPG, gas licuado de petróleo; o LNG, gas natural licuado.

Información en gasolineras

Sea como sea, García Nebreda incide en que, «por supuesto, los empleados de las estaciones de servicio están a disposición del cliente para explicarle todo lo que necesite», una cuestión que, para este colectivo, no es casual, sobre todo porque una de las reivindicaciones que abanderan con más ahínco es la de que todas las gasolineras deben contar con al menos un empleado, por más que pueda ser autoservicio.

Así lo ha confirmado también el secretario general de Apes de Málaga, quien explica que al igual que sus asociados se han informado sobre el etiquetado que hay que poner en cada carburante -algo que sostiene que es una cuestión de los fabricantes- los trabajadores de las estaciones de servicios orientarán a los conductores sobre el tipo de combustible que necesita su vehículo o cualquier duda relativa a este cambio que les pueda surgir.

Aún así, incide en que para los clientes va a continuar siendo fácil repostar porque podrán seguir fijándose en las etiquetas de siempre. Aunque, eso sí, no estará de más comenzar a fijarse en la nomenclatura europea para que en los viajes no sea un problema elegir entre E10, E5, B7 o H2. O por si acaso la convivencia entre ambas acaba antes de lo que pensamos y desaparecieran las etiquetas tradicionales.