Todo puede ser susceptible de empeorar y, por lo general, lo que mal empieza, mal acaba. Es lo que ocurre en la Universidad Laboral. Las lluvias intensas registradas durante la última semana en la provincia, que también tuvieron su incidencia en la capital, han provocado que las ya de por sí retrasadas obras de instalación de los barracones donde tendrían que estar dando clase 180 alumnos de Secundaria que viven en Teatinos, vuelvan a sufrir una nueva demora, según denunció ayer Mar Villanueva, presidenta de la plataforma Prometo, que desde hace más de 15 años agrupa a familias y vecinos de la zona para reclamar la construcción de un nuevo instituto.

A falta de esta imprescindible instalación, que se encuentra en fase de ejecución pero que no podrá entrar en servicio hasta el próximo curso, y ante la falta de plazas, la Consejería de Educación decidió instalar unos módulos prefabricados en una parcela de la Universidad Laboral. No estuvieron el 17 de septiembre. De ahí que desde el primer día de curso den sus clases en las salas de televisión de la cercana Residencia Andalucía, como media provisional mientras terminan los trabajos en los barracones.

La jefatura de estudios informó a los alumnos, según explica Villanueva, de que el próximo lunes 15 de octubre iban por fin a ser reubicados en sus nuevas aulas prefabricadas. Sin embargo, las lluvias han provocado el enésimo retraso en la instalación de los módulos. «Es evidente que el lunes no van a estar terminadas, porque no hemos recibido ningún tipo de comunicación», explicó Villanueva. «Una madre subió el 9 de octubre y le dijeron que estaban poniendo la luz pero que tenían que quitar todo lo de alrededor, que no era seguro que subieran la semana que viene porque estaba lloviendo y dificultando el trabajo a los obreros», añadió la representante de Prometo.

No queda otra que seguir esperando, por tanto. Al fin y al cabo, no es el primer disgusto de estas familias debido a la compleja situación escolar que viven sus hijos. Desde el primer momento criticaron que fueran a la «masificada Universidad Laboral», donde ya había cuatro barracones consolidados y donde estudian más de 2.400 alumnos. En segundo lugar, por las grandes caravanas que tienen que sufrir en el autobús escolar, ya que la calle Julio Verne es incapaz de absorver la cantidad de vehículos colectivos y particulares que llevan y traen a los alumnos de la propia Universidad Laboral y del colegio Los Olivos. También lamentaron que la Junta ofertara, durante el plazo de escolarización en marzo, plazas para el nuevo instituto, cuyas obras empezaron en enero, cuando sabía que no iba a estar terminado.