El sector turístico malagueño ha firmado en los nueve primeros meses del año casi 145.000 contratos de trabajo, un 4% más que en el mismo periodo que el año anterior, aunque la temporalidad sigue siendo la tónica general de estas incorporaciones. De hecho, sólo el 7,4% de estas altas fueron de carácter indefinido, según los datos del Observatorio Argos de la Junta de Andalucía. El único dato positivo que se pude observar en relación a una posible mejora de la estabilidad es que los contratos fijos (algo más de 10.800) presentan incrementos en torno al 25% mientras que los temporales (los 134.000 restantes) suben un 5%. En todo caso, la dgran iferencia de volumen entre una y otra modalidad sigue dibujnado un sector ampliamente marcado por la estacionalidad.

Por municipios, los grandes focos de empleo a nivel provincial son lógicamente Málaga capital y Marbella, donde se han firmado respectivamente 45.352 y 21.477 contrataciones hasta septiembre de este año. De esta forma, estas dos localidades han generado cerca de la mitad de todas las contrataciones en el sector. Otras localidades con un gran volumen de contratos han sido Torremolinos (10.816), Fuengirola (10.541), Benalmádena (10.161), Estepona (5.144) y Mijas (4.974).

Ocupaciones

En cuanto a las ocupaciones más relevantes en materia de empleo, los datos del Obervatorio Argos recogen que camarero; ayudantes de cocina; cocineros; personal de limpieza de oficinas, hoteles y otros establecimientos similares; monitores de actividades recreativas y de entretenimiento; recepcionistas de hoteles; supervisores de mantenimiento; recepcionistas al margen de los hoteles; azafatos de tierra, empleados de agencias de viajes y guías de turismo han sido las más contratadas en lo que llevamos de 2018. La relación es similar a la de años anteriores.

El puesto de camarero, en concreto, presenta una especial relevancia. En concreto, de los casi 145.000 contratos firmados en la provincia dentro del sector turístico, el 57,9% (cerca de 84.000) fueron para cubrir el puesto de camarero, dando muestra de la enorme demanda de estos profesionales en el mercado pero también, sin duda, de la altísima precariedad laboral a la que se ven sometidas estas personas.