El domingo 18 de febrero del presente año, en el campo de C.P. San Miguel, en el encuentro de la Liga Femenina de Fútbol (2ª División, Grupo IV, jornada 18ª) entre el San Miguel y el Málaga C.F. Femenino, en el quinto segundo del comienzo del partido, Adriana Martín, delantera del equipo malagueño, marcó el primero de los siete goles que subieron al marcador. 0-7 fue el resultado final.

La delantera malagueña, al ponerse el balón en juego, desde el mismo centro del campo, al ver adelantada a la portera del equipo rival, no lo dudó, y disparó hacia la portería contraria con tal suerte que el balón fue directo a la red.

La hazaña fue recogida no solo en las páginas deportivas de la prensa local sino que se extendió a otros medios nacionales. En estas mismas páginas de La Opinión se informó del sorprendente gol dio la vuelta al mundo.

Enhorabuena, Adriana.Un precendente

No voy a restar mérito a la joven turolense que viste los colores del Málaga femenino; al contrario, su decisión y acierto de lanzar el balón directo a la portería del equipo rival, merece todas las felicitaciones porque no es fácil repetir lo que hizo el domingo en el campo de San Miguel.

Sin embargo me voy a permitir recordar un caso similar interpretado por el C.D. Málaga, ahora Málaga C.F., versión masculina. Sucedió hace muchos años.

En el encuentro de liga de Segunda División entre el C.D. Málaga y creo recordar el Valladolid en La Rosaleda, al sacar el balón el delantero centro Roldán y pasárselo a Bazán que estaba a su derecha, éste tiró directamente a puerta y el balón entró en medio de la sorpresa del público que llenaba La Rosaleda. No sé si fue al quinto o sexto segundo.

Lo curioso del hecho fue que el guardameta del equipo rival ni se enteró. Cuando el árbitro pitó para que diera comienzo el choque, el portero, que creo que recordar que era Bellido, estaba todavía poniéndose los guantes, revisando la red, acomodándose la gorra para protegerse del sol o mirando al público. Fue uno de los defensas el que dijo que sacara el balón del fondo de la red.

Supongo que los periódicos de la época recogieron el caso; yo aquél domingo no estuve en La Rosaleda. Quien me lo contó con el gracejo que le caracterizaba fue Francisco Cortés, que firmaba sus crónicas como Pacurrón. Por desgracia falleció hace unos años. Otros que podrían recordar el curioso gol, como Fernando González Mart Fidelito, Juan Cortés Juancor, Pepe Cervantes, Santiago Souvirón…, que eran los que firmaban las crónicas de los partidos de fútbol en los medios informativos, murieron también. Quizá Juancor y Fidelito recogieran en sus libros la anécdota que ahora rememoro.

Marcar un gol de salida tiene, pues, en Málaga, dos protagonistas: Bazán, hace cuarenta o cincuenta años, y Adriana Martín, en 2018.Un árbitro

El fútbol no ha sido tema de mi carrera periodística, no porque no me guste el balompié, que me gusta, sino porque derivé hacia otros campos de la información. No obstante por razones profesionales escribí crónicas de partidos de fútbol cuando jugaban en La Rosaleda los equipos madrileños (Real Madrid y Atlético de Madrid) y catalanes (Barcelona y Español) con destino a dos periódicos que se editaban en las dos ciudades citadas, Pueblo y La Vanguardia, respectivamente. Y todavía tiemblo cuando por razones ineludibles tuve que informar en directo de los lances de un partido de Primera División entre el Málaga y el Barcelona en el programa Radiogaceta de los Deportes ¡Radio Nacional de España!

Yo no tengo nada contra los árbitros de fútbol… ni de otros deportes, como el baloncesto, natación o bádminton. Para todos tengo el respeto que merecen porque creo que todos son honrados, dirigen con buena fe, imparciales… aunque cometan errores como los periodistas, como yo, porque todos corremos el riesgo de equivocarnos.

Pero de vez en cuando se dan casos que incitan a dudar de esa imparcialidad y honradez.

Me acuerdo de un árbitro, cuyo nombre omito, que gozaba de gran simpatía en Málaga. Si se le asignaba para un partido del Málaga, la afición respiraba tranquila porque jugara en la capital u otra provincia, favorecía al equipo blanquiazul.

¿Había algo oculto en esa preferencia? Él no era malagueño ni estaba ligado a Málaga. Pero algo debía mediar para que fuera el preferido.

Hay otro equipo de Primera División que no compraba a ningún árbitro, pero tenía la costumbre de enviar a la esposa del árbitro asignado a la jornada un ramo de flores. Los fontaneros del club -vocablo que se utiliza para identificar a los hombres que rodean al presidente del Gobierno, sea de uno u otro partido-, los fontaneros de la junta directiva, al empezar la temporada facilitaban la lista de todos los árbitros de Primera División, sus domicilios, el nombre de sus esposas…Un ramito de flores, en caso de duda, puede desequilibrar la balanza.

Y en último partido que he visto del Málaga en La Rosaleda -el Valencia-, el guardameta de nuestro equipo se adelantó en los últimos segundos para rematar un córner.

Decisiones como la que vimos el 17 de febrero pasado no son nuevas, pero en el Málaga militó un portero llamado López que se desplazaba hasta mitad del campo para participar como un jugador más en los ataques. Fue muy popular hasta el punto que movió a un grupo de hinchas a crear la Peña López.