El antiguo edificio que fue sede del Gobierno Militar en la década de los cincuenta, ubicado en el número seis del malagueño Paseo de la Farola, fue comprado al Ministerio de Defensa a finales de septiembre por la sociedad Antonio González Servicios Inmobiliarios y Financieros SL, cuyo propietario, Antonio González, es a su vez dueño del Hotel Vincci Selección Aleysa Boutique & Spa de Benalmádena, considerado en sucesivas ocasiones como el mejor establecimiento hotelero de cinco estrellas o de lujo del país por plataformas como TripAdvisor o Trivago en sus premios anuales, según confirmó ayer el propio empresario a este periódico.

La empresa pagó 4,5 millones de euros por el edificio y se trató de una compra directa. El inmueble fue escriturado hace unas semanas. La sociedad baraja ya varias opciones para el futuro del edificio, ubicado en una de las zonas emblemáticas de Málaga, junto al Muelle 1 y al lado del Colegio de Abogados, muy cerca de donde se levantará la futura Torre del Puerto con capital catarí para el segmento de lujo. «El pensamiento de los socios es hacer algo con mucho nivel, de gran calidad, que llame la atención, dirigido a un público de alto poder adquisitivo», dijo González, quien señaló que hay mucha ilusión tras esta adquisición y precisó que la posibilidad de mayor peso es ubicar una residencia de alto standing para las personas de la tercera edad.

De cualquier forma, la sociedad baraja diversas opciones en base a la calificación de la parcela que acoge el edificio por parte del PGOU, que es de equipamientos. Así, entre las opciones analizadas se encuentran la posibilidad de ubicar una residencia de estudiantes o darle al inmueble un uso deportivo, educativo o incluso sanitario, siempre de acuerdo a la calificación urbanística, aunque el proyecto que más peso tiene a los ojos de los inversores es el de una residencia de lujo para la tercera edad. Lo que no se puede hacer allí es un hotel o apartamentos turísticos. Ha habido interés por parte de un grupo sanitario y otro deportivo, la primera para hacer una clínica u hospital y la segunda para un gimnasio.

González explicó que tienen abierto el abanico de opciones tanto a que sea su sociedad la que reforme el edificio y luego gestione y explote el futuro proyecto o venderlo luego a un grupo tras ejecutar los inversores la remodelación. «No descartamos ninguna opción. Podríamos hacer nosotros la obra y luego un grupo la gestión o bien asumirlo todo nosotros, tenemos mucha experiencia en este segmento», agregó.

Ahora, se están haciendo labores de limpieza y adecentamiento del edificio y de los alrededores, sustituyendo o poniendo cristales en las ventanas y tareas similares, ya que el inmueble estaba abandonado. «Estamos haciendo una intervención muy ligera, liviana», señaló. La idea es comenzar a ejecutar la remodelación en la primavera de 2019, en torno a la Semana Santa, y los nuevos propietarios ya han hablado con el Ayuntamiento para gestionar las próximas semanas en la vida del inmueble y explorar las distintas posibilidades. «El Consistorio debe decirnos ahora», aclaró. El proyecto podría estar en torno a finales o principios de año. El futuro uso que se dé necesitará de una remodelación estimada de 2,5 millones de euros, respetando siempre la fachada, que está protegida, explicó González. «Esta es una de las zonas con mayor recorrido de Málaga a nivel turístico por la Estación de Cruceros, el futuro hotel si se hace y los inversores pensamos que es un lugar ideal. El pensamiento de la sociedad es hacer algo con mucho nivel y calidad», declaró

El organismo autónomo Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa, perteneciente al Ministerio de Defensa, sacó en septiembre de 2017 a subasta pública el antiguo edificio del Gobierno Militar de Málaga. Salió al mercado por más de cinco millones de euros, pero la puja quedó desierta y no sólo en esta ocasión, también antes.

La superficie de suelo del edificio es de 1.063 metros cuadrados y la construida, de 2.438. Con esta adquisición, el futuro del edificio, con la reforma y la fachada tal y como hoy se la conoce, está asegurado.