Más de una década después del comienzo de la recesión económica a nivel internacional (la crisis de las hipotecas subprime en EEUU estalló en agosto de 2007 y un año después se produjo la caída de Lehman Brothers, que contagió a nivel mundial la situación de hecatombe financiera), la provincia de Málaga ha conseguido recuperar la cifra de empresas que ostentaba en aquella época aunque las cifras de paro continúan un 65% por encima de las de entonces. Los últimos datos de la Seguridad Social indican que la provincia cuenta a septiembre de 2018 con casi 58.700 firmas adscritas al Régimen General, el mejor dato desde el comienzo de la recesión y al nivel ya de las que se manejaban durante la mayor parte del año 2007, ejercicio que marcó el cénit del boom económico (aunque es cierto que entre los meses de mayo y septiembre se alcanzaron picos históricos superiores a las 59.000).

Los datos certifican la tendencia revitalizadora del tejido productivo malagueño, siendo más los nuevos negocios que cada mes se constituyen en Málaga que los que desaparecen. Durante los ejercicios más duros de la recesión, el censo empresarial en Málaga llegó a caer a niveles de entre 47.000 y 49.000 firmas en la provincia. Fue a partir de 2013 cuando se empezó a experimentar un repunte, inicialmente muy leve y luego de mayor intensidad.

Pero este aumento de la cifra de empresas, sin embargo, continúa ensombrecido por las cifras de paro que, pese a venir bajando de forma sostenida desde el año 2013, continúan aún muy por encima de las que se registraban hace una década. Los números son diáfanos: Málaga tiene actualmente 140.958 parados, volumen un 65% superior a los 85.297 de septiembre de 2007. El 95% de los municipios de la provincia, entre ellos todos los de mayor población, presenta todavía más paro que en la época final del boom económico. Málaga capital, por ejemplo, tiene un total de 58.710 desempleados, lo que supone 20.500 más, mientras que Marbella registra 9.975 (con una subida de casi 4.000), Vélez Málaga 7.041 (3.500 más), Mijas 6.313 (cerca de 3.400) y Fuengirola 5.710 (2.515), por citar las localidades con mayores volúmenes. Tan sólo cinco pequeños pueblos del interior (Alfarnate, Igualeja, Montejaque, Benadalid y Pujerra, todos ellos con poblaciones por debajo del millar de habitantes) presentan menos desempleados que entonces.

Las cifras de afiliados a la Seguridad Social en la provincia sí superan en estos momentos a las de 2007. Si entonces se manejaba una cota de más de 606.000 cotizantes en la provincia, la cifra está ahora en torno a las 618.200. Sin embargo, la calidad del empleo se ha resentido mucho, como denuncian los sindicatos, con unas altísimas tasas de temporalidad (muchos trabajadores encadenan un contrato en diversos puestos y empresas) y con un peso creciente de la jornada a tiempo parcial en detrimento de la jornada completa.Menos empleo de media

Lo cierto es que, aunque el panorama económico ha mejorado mucho, los propios empresarios son los primeros en reconocer que el actual tejido productivo no puede compararse todavía al de antes de la recesión, sobre todo porque las compañías manejaban de media en aquel entonces plantillas superiores a las de ahora. La crisis se llevó por delante 18.000 negocios en Málaga y unos 100.000 empleos, según cálculos de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM). Eran en muchos casos empresas muy asentadas en sectores, por ejemplo, como el constructor, que generaban más empleo que los que vienen surgiendo ahora. Y es que los nuevos negocios responden en gran medida al perfil de autoempleo en régimen de autónomo o al de pequeñas firmas con tan sólo una media de entre 2 y 4 trabajadores. La CEM también recuerda que ahora hay más población activa que en 2007, por lo que pese a que se genere empleo son más las personas en edad de trabajar. En cualquier caso, la tasa de paro actual en Málaga según la EPA es del 20,2% de la población activa y en 2007 era del 10%.

La realidad así es que el tejido de la provincia está constituido fundamentalmente por microempresas. El 79,5% de las firmas dadas de alta con afiliados al Régimen General de la Seguridad Social en Málaga a finales de 2017 tenían como máximo cinco trabajadores. El porcentaje sube al 96,2% si se le añade la horquilla de entre seis y 25 trabajadores. La CEM viene advirtiendo de la necesidad de que la empresa malagueña gane dimensión para competir mejor en un mercado cada vez más competitivo y globalizado. El peso de las empresas de mayor dimensión sigue siendo muy pequeño, aunque se observa un pequeño incremento en cifras sobre 2016. Málaga, en todo caso, sólo tiene 1.181 empresas de entre 26 y 50 trabajadores (un 2% del total). La tasa es aún menor a medida que aumenta el tamaño: 515 firmas se mueven entre los 51 y los 100 afiliados (un 0,9%) y 42 (0,75%) presentan ya de 101 afiliados en adelante.