En una ocasión, hace algunos años, los jóvenes paseaban con uniformes del Ejército Alemán por el Puerto de Málaga, tras regresar de una de sus actividades, cuando los soldados de un barreminas británico, que formaba parte de una flota de la OTAN, les invitaron a visitar el barco, un privilegio vetado a los civiles. «No llegamos a subir, es más, tenemos a toda costa que evitar el ser confundidos con militares de verdad», comenta Carlos Vegas, de 26 años.

Este joven, que se dedica a la compra y venta de coches, paseaba esta semana por la plaza de la Constitución con el uniforme de servicio del Ejército de Tierra de la República Federal de Alemania. «Es un modelo de 1957 que se emplea hasta hoy», explica. Le acompañan Rafael Sánchez de Nogués, de 21 años y Emilio García, de 22, los dos estudiantes de Derecho, que lucen uniformes alemanes de infantería de los años 80 y para dar más veracidad a su atuendo conversan en alemán.

Amantes de la cultura alemana, los tres consideran que la II Guerra Mundial está demasiado trillada, por eso siempre eligen recrear las décadas posteriores, las de la Guerra Fría.

Los jóvenes participarán el próximo fin de semana en las III Jornadas de Recreación Histórica, que se celebrarán el sábado 27 de octubre, de 11 a 7 de la tarde y el domingo 28, de 11 a 2, en el Museo Aeronáutico de Málaga, con entrada y aparcamiento gratuitos. También habrá puestos de comida.

Las jornadas han sido organizadas por Reenactor Airsoft Málaga, la asociación a la que pertenecen, así como por el Museo Aeronáutico y cuentan con la colaboración de la Diputación de Málaga. El año pasado, a la segunda edición, que sólo duró un día, asistieron alrededor de 1.200 personas.

Como explica Carlos Vegas, este tipo de recreación histórica comienza a gestarse en Málaga en torno a la práctica del deporte del airsoft, «pero queríamos darle más realismo, acercarlo mucho más a la veracidad histórica y por eso hicimos el club Reenactor Airsoft Málaga; al final nos quedamos los que teníamos más interés por la Historia, no tanto por el deporte».

En este sentido, detalla que aunque el airsoft ( batallas simuladas en las que la munición son bolas de plástico de 6 mm de diámetro) «se inició como un deporte de simulación militar, se ha desvirtuado mucho hacia los videojuegos».«Eventos más duros»

Por eso, los tres jóvenes explican que ya no participan tanto en este deporte y sí en maniobras simuladas con veteranos del Ejército de dos o tres días, «eventos bastante más duros y que necesitan mucha más preparación».

Una de ellas, la recreación de unas maniobras de la OTAN previas a un despliegue en la Guerra de los Balcanes de los años 90. Tuvo lugar en un poblado abandonado junto a las minas de Alquife, en Granada.

«Vino gente de toda España y nos hicimos incluso con un blindado británico y fue increíble, acudieron veteranos del Ejército Británico y del Español y estuvieron dando nociones de desactivación de explosivos», señala Carlos Vegas.

La veracidad llegó hasta el punto de que los participantes comieron raciones militares y durmieron en tiendas de campaña a varios grados bajo cero.

En total, cada uno pagó 20 euros, «para echarle gasolina al blindado y transportarlo de Granada al pueblo y para el seguro de responsabilidad civil».

La recreación militar, explica Carlos, le hace incluso sentir miedo, «porque nos metemos tanto en el papel que la tensión sube mucho; no pensamos que sea un deporte sino que es meterte en la piel de un militar, aunque nunca lleguemos a ese punto y tenemos que valorar mucho el papel de las Fuerzas Armadas; lo vivimos con total humildad», argumenta.

Y como explica Emilio, meterse en la piel de un militar no es una experiencia cara si hablamos de los uniformes: «La chaqueta de Carlos puede costar en torno a 20 euros; la camisa, 10; la corbata, 2 euros; los pantalones, 10 y los zapatos, 20».

Los uniformes, cuentan, se consiguen por internet o a través de veteranos del Ejército Alemán, «que son amigos nuestros y nos están ayudando bastante», señala Carlos.

Lo que sí es caro, resalta Emilio García, es el equipo de combate. Se trata de réplicas hechas por ellos mismos o de las que se compran para el airsoft. «A veces les ponemos trozos de armas reales: miras telescópicas, trocitos de metal de un lado...».

Rafael Sánchez de Nogués, que quiere entrar en el futuro en el cuerpo jurídico militar, cuenta que de las réplicas «hay mucho mercado, con tiendas especializadas en Málaga o en internet». En cuanto a los precios, una réplica de airsoft puede costar de 50 a miles de euros. «Hay muchísima variedad y calidades, pero el trabajo no termina cuando compras el arma», subraya.

En este sentido, Emilio García cuenta que tiene una réplica de una ametralladora alemana, modelo MG 42 de la II Guerra Mundial aunque hoy en día se sigue usando una versión con algunas de las piezas cambiadas «y una vez que te la compras tienes que cambiarle piezas y llevarlas a un tornero».

Ocurre lo mismo con los uniformes, detalla Rafael Sánchez de Nogués, porque luego hay que añadirle insignias y elementos.El único finlandés

Por cierto que los tres jóvenes no se limitan a lucir estos uniformes: Rafael tiene unos nueve, Emilio tres terminados «y uno en proceso» mientras que Carlos cuenta con unos once, incluido uno especial para la nieve, y no solo uniformes del Ejército Alemán: «Creo que soy la única persona en España que se ha metido a finlandés, tengo dos uniformes de camuflaje, tres de servicio...».

Y como no le caben en casa, ha alquilado un almacén, pues no se trata solo de los uniformes: «Hay contadores geiger, cajas de municiones...», explica.

Museo aeronáutico

Los organizadores esperan que el próximo fin de semana acudan al Museo Aeronáutico de Málaga representantes de asociaciones históricas no solo de Málaga sino también de Sevilla, Granada y Alicante que se sumen al evento con recreaciones de escenas.

«Las jornadas se van a centrar en el carácter expositivo, mostraremos el material en salas, pero también montaremos campamentos y dejaremos que la gente interactúe con nosotros, que sienta la Historia, se pruebe los trajes, los chalecos y los cascos», recalca Carlos Vegas, que resalta: «Tú vas a un museo y es muy interesante, pero ves la Historia a través de una vitrina. Lo bueno de la recreación histórica es que tú realmente estás tocando la Historia».

Los visitantes podrán conocer en escenarios reales como el interior de los aviones y la antigua terminal de pasajeros de los años 40 y sus oficinas esta forma tan didáctica de revivir el pasado. Con paso firme y marcial.