Unos 250.000 euros es la cantidad que falta para completar los cerca de 1.300.000 euros de minuta que debe recibir el abogado del español Pablo Ibar, condenado a muerte en Estados Unidos, y que está a las puertas de un nuevo juicio. Ibar, que es sobrino del boxeador Urtain, lleva 24 años en el corredor de la muerte de una prisión de Florida, acusado de un triple asesinato durante un robo en 1994.

Sin huellas ni ADN de Ibar en la escena del crimen que lo impliquen, la principal prueba es un vídeo doméstico de mala calidad en el que aparece una persona, que la acusación sostuvo que era Ibar, quien siempre ha defendido su inocencia.

«Ilusiones tengo todas de que salga en libertad, pero además porque tengo información de que se presentarán pruebas fidedignas», cuenta el malagueño Francisco de Paula García. Este activista de 76 años está al frente de la asociación Vida y Libertad, Salvad a Pablo Ibar, un colectivo que con anterioridad, en lugar de Pablo Ibar, ha llevado los nombres del español Joaquín José Martínez y del mexicano Mario Flores, sucesivamente.

Joaquín José y Mario están hoy en libertad y como explica el malagueño, «con Joaquín José la campaña duró menos de un año porque ya iba más encarrilada, pero las cartas, de alguna manera, salvaron a Mario Flores». Francisco de Paula se refiere a las miles de cartas que a comienzos de este siglo envió a medio mundo y a todo tipo de instituciones españolas para pedir al gobernador de Illinois, el estado donde estaba preso, la revisión de su caso.

Desde 2004 pelea por la libertad de Pablo Ibar y no ha parado de hacer gestiones. Fruto de ellas son, por ejemplo, dos mociones institucionales del Ayuntamiento de Málaga en las que pedía revisar su caso, pero también las resoluciones de ayuntamientos de toda España y varios parlamentos autonómicos, aparte de peticiones al Rey y al presidente del Gobierno y una reunión con el entonces ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo.

«Creo que en la repetición del juicio a Pablo Ibar habrán jugado algo estas gestiones», comenta. Francisco de Paula, que se ha reunido en varias ocasiones con Tanya y Cándido, la mujer y el padre de Pablo Ibar, y subraya que ahora lo primordial es completar la cantidad que debe recibir el abogado que defenderá a Pablo en el nuevo juicio. «Empezó el 1 de este mes con el proceso de designar jurado, que puede tardar de uno a tres meses; cuando esté asignado, empezaría el juicio y me han dicho que puede tardar de tres a seis meses», explica.

Para intentar conseguir ese dinero, ha propuesto a la Diputación y al Ayuntamiento un concierto benéfico, para el que ya estaría comprometido un promotor musical, pero también está explorando otras posibilidades como una subasta benéfica de cuadros y ha contactado con tres importantes fundaciones, «por si tienen interés humanitario en colaborar, ante la urgencia de que el juicio esté a punto de comenzar».

El activista malagueño también querría estar presente en el juicio y apoyar en persona a Pablo y está tratando de encontrar alguna asociación que pueda costearle el viaje y estancia durante ese tiempo.