El pleno del Ayuntamiento de Málaga ha dado hoy luz verde a la declaración de Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS) de 98 calles del Centro Histórico y cinco de El Romeral, en el entorno de la Avenida Plutarco, un documento que propone, entre otras cosas, una moratoria a la apertura de nuevos bares, restaurantes, pubs y discotecas para paliar el problema del excesivo ruido. Finalmente, el documento ha salido adelante con el apoyo del PP, su proponente, IU-Málaga para la Gente, Málaga Ahora y el edil no adscrito, que suman diecisiete votos (un edil popular se ha equivocado y ha apoyado el no y Elías Bendodo no estaba) frente a los nueve del PSOE y los tres de Ciudadanos, los primeros porque quieren que se consensúe con los vecinos y los hosteleros, sin prisas, y los segundos porque no comparten el espíritu de esa norma, que criminaliza a los hosteleros.

Un dato importante es que el secretario general del Ayuntamiento ha advertido hoy de nuevo, como ya hizo por escrito en un informe, que el ZAS tiene aspectos que no se adecuan a la normativa autonómica de rango superior, aunque aún así ha salido adelante. Así, no se atiene al decreto de la Junta el horario de recogida de las terrazas y veladores los viernes y los sábados y en primavera y verano, fijado ahora a las dos de la madrugada. El secretario ha considerado que, si se aplica el ZAS de forma restrictiva, habrá que adelantarlo; asimismo, la excepción a este horario no podrá autorizarse por la Junta de Gobierno Local 70 días al año, como se preveía, sino que sólo podrá permitirse 20 días, como marca el decreto autonómico; por último, el ZAS sale adelante para estar en vigor un año y, según el alto funcionario municipal, tendría que aplicarse un mínimo de cinco según la normativa superior. El informe ha quedado incluido en el expediente y se debe a un cambio de normativa, según explicó, aunque parece que no es vinculante, pero sí da base para atacar al ZAS en los tribunales si alguien se planteara recurrir a ellos, y eso es posible, porque Javier Frutos, presidente de Mahos-Amares, que aglutina a los hosteleros malagueños, se lo estaría planteando.

Los hosteleros han lanzado una campaña para redes sociales y de cartelería con el fin de oponerse al ZAS, ya que muchos empresarios no podrán poner bares o restaurantes por la moratoria contra el ruido en todas esas calles. El colectivo estima que podrían perderse el 25% de los 10.000 empleos que genera el sector en la ciudad y, por supuesto, no se crearán nuevos puestos de trabajo. Los hosteleros consideran que se les criminaliza y que ellos no son, según recuerdan, los únicos generadores de ruido. Así, piden un estudio por zonas, de forma que cada calle reciba el tratamiento que merece en función de los decibelios que produce y recuerdan que no tiene sentido que Larios sea considerada como acústicamente saturada cuando sólo hay un negocio hostelero, lo que ocurre con otras vías.

En el otro lado de la balanza están los vecinos que viven en el Centro, que consideran que lo que subyace en este debate es la polémica sobre el modelo de ciudad y contraponen a unos, que quieren que el casco antiguo de la ciudad no sea un parque temático afectado por el ruido generado por las actividades autorizadas por el Ayuntamiento, las terrazas de los negocios hosteleros y los problemas de convivencia que a veces se generan por despedidas de soltero o personas que se alojan en apartamentos turísticos, menos controlados que los hoteles; frente a otros, que consideran, incluso, que el corazón de la ciudad debe perder su carácter residencial para seguir tirando de la industria turística que genera puestos de trabajo.

Ahora, el ZAS, tras recibir hoy la aprobación inicial, saldrá a exposición pública para recibir alegaciones de los diferentes colectivos. Luego estas serán aceptadas o rechazadas en una Junta de Gobierno Local, que se apoyará en los diferentes informes, y finalmente irá de nuevo a Pleno, posiblemente en diciembre, para recibir el visto bueno definitivo.