­Los hosteleros malagueños rompieron este viernes la baraja después de que el pleno del Ayuntamiento aprobase el jueves la declaración como Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS) de un centenar de calles del Centro Histórico y cinco vías de El Romeral, lo que supone una moratoria a la apertura de nuevos bares, restaurantes y discotecas en esas zonas durante un año. Así, los dirigentes de Mahos-Amares se reunieron en Junta Extraordinaria y decidieron dar dos pasos drásticos, uno que ya han consumado y otro que podrían dar próximamente: así, rompen relaciones institucionales con los partidos que han votado a favor de la medida, el PP, IU-Málaga para la Gente, Málaga Ahora y el edil no adscrito, así como con el Ayuntamiento de Málaga; por otro lado, han convocado una Asamblea Extraordinaria para el 6 de noviembre a las cinco de la tarde en la que decidirán si van a un cierre general de establecimientos, es decir, una huelga empresarial.

En la reunión de este viernes estuvieron el Consejo Asesor y la Junta Directiva, confirmó el presidente de Mahos-Amares, Javier Frutos, quien tachó de «radicales» a los partidos que apoyaron la medida (que recibió el voto negativo de PSOE y Ciudadanos), advirtió de que «esto va a paralizar el desarrollo de la ciudad y va a afectar al turismo a corto y medio plazo», además de insistir en que 4.000 personas viven de la hostelería en el Centro y 700 en El Romeral, por lo que podrían perderse el 25% de esos puestos de trabajo.

El secretario general, por cierto, ha emitido un informe esta misma semana, en el que se ratificó en el pleno, un documento en el que informa de que el ZAS tiene aspectos que no se adecuan a la normativa autonómica de rango superior, aunque aún así ha salido adelante. Por ejemplo, no se atiene al decreto de la Junta el horario de recogida de las terrazas y veladores los viernes y los sábados y en primavera y verano, fijado ahora a las dos de la madrugada. El alto funcionario ha considerado que, si se aplica el ZAS de forma restrictiva, habrá que adelantarlo; asimismo, la excepción a este horario no podrá autorizarse por la Junta de Gobierno Local 70 días al año, como se preveía, sino que sólo podrá permitirse 20 días, como marca el decreto autonómico; por último, el ZAS sale adelante para estar en vigor un año, y, según el alto funcionario municipal, tendría que aplicarse un mínimo de cinco, según la normativa superior.

Los hosteleros se han planteado incluso ir a los tribunales y han lanzado una campaña para redes sociales y de cartelería con el fin de oponerse al ZAS, ya que muchos no podrán poner bares o restaurantes por la moratoria contra el ruido en esas calles. Avisan de que no se crearán puestos de trabajo y han solicitado hasta la saciedad que se haga una zonificación, es decir, saber qué ruido hay en cada calle y tomar medidas concretas para ese punto específico. Dicen no entender, por ejemplo, que la calle Larios sea declarada ZAS cuando sólo hay una terraza. Consideran que se les ha criminalizado y afirman que ellos no son los únicos que generan ruido.

En el otro lado están los vecinos, representados por la Asociación del Centro Antiguo, cuyo presidente, Alfonso Miranda, afirmó esta semana que los hosteleros persiguen la autorregulación, «las normas son para todos», y deseó que el casco histórico no se convierta en un parque temático.

El concejal de Sostenibilidad Medioambiental, José del Río, indicó que los empresarios son conscientes de que existen «normas medioambientales de obligado cumplimiento para todo». Por ello, Del Río subrayó que el área tiene que buscar «en todo momento el equilibrio necesario entre los vecinos, los hosteleros y los usuarios del Centro, para lo que seguirá estando siempre abierto al diálogo con todos». Asimismo, recordó que la declaración se ha aprobado solo inicialmente, por lo que ahora se abre un plazo de un mes para que empresarios, ciudadanos y partidos políticos hagan sus aportaciones. En este sentido, el concejal indicó que el Ayuntamiento estará siempre dispuesto a estudiar las alegaciones que puedan realizar cualquiera de los afectados.

Igualmente, el edil apeló a la responsabilidad de los empresarios e indicó que hablar de un cierre patronal cuando el proceso ni siquiera ha concluido crea una alarma innecesaria. De esta forma, Del Río apuntó que incluso cuando se haya aprobado definitivamente la declaración, en el Centro se podrá seguir abriendo negocios de ocio y hostelería, ya que la declaración no establece una prohibición generalizada, sino sólo en aquellas calles saturadas.