­En el pleno del pasado jueves hubo unanimidad en cuanto a que Málaga necesita hacer ya un plan creíble y concreto para subsanar las deficiencias en infraestructuras hidráulicas con el fin de paliar en lo posible los efectos de los temporales periódicos que azotan a la ciudad. Hasta tres grupos llevaban iniciativas en este sentido. De cualquier forma, el equipo de gobierno asegura que Emasa ha efectuado en los últimos cuatro años 66 actuaciones encaminadas a la transformación de sistemas de saneamiento unitarios en redes separativas de aguas fecales y pluviales, con una inversión superior a los dos millones de euros.

En 2017, por ejemplo, se ejecutaron 22 obras de este tipo en distintas zonas de la capital con problemas de drenaje por sobrecarga de colectores y de mal olor debido a la acumulación de residuos sólidos en la red de alcantarillado. En concreto, se actuó sobre las redes existentes en Málaga Este, Ciudad Jardín, Carretera de Cádiz, Churriana, Campanillas y Puerto de la Torre. Así, se instalaron un total de 2.570 metros de tuberías de distintos diámetros para la canalización de aguas pluviales. También se construyeron 74 rejillas de gran capacidad de drenaje y 162 imbornales. Además, se colocaron en los bordillos de las aceras 310 elementos adicionales de drenaje (823.500 euros).

Daniel Pérez, portavoz del PSOE y candidato a la alcaldía, señala que «para evitar inundaciones hay que realizar una serie de acciones vitales», pues las obras hidráulicas de gran calado se hicieron con Pedro Aparicio y, tras 23 años, no se han visto avances. «Lo primero que debemos destacar es la necesidad de separación de aguas, donde existe un déficit inversor por más de 70 millones. Difícilmente se pueden combatir las inundaciones cuando tenemos colectores que aún no se han separado», aclaró. También pidió un plan de limpieza y mantenimiento del alcantarillado, mejoras en los cajones de pluviales en algunas zonas y limpieza de cauces y arroyos, sobre todo en el Guadalmedina.

Ciudadanos cree que sería buena idea recuperar el cinturón verde, ampliar el puente sobre el Guadalhorce para salvar el problema de inundabilidad, ejecutar el azud de Cerro Blanco para regular el caudal del río Grande, afluente a su vez del Guadalhorce (que cuando se desborda genera un caos en varios políticos industriales y el aeropuerto), y el plan dibujado por Emasa por 18 millones (pluviales, tanques de tormenta, drenaje, aliviaderos). IU-MpG recuerda que Emasa arrastra un gran endeudamiento desde hace años (le cobró el Ayuntamiento en 2006 52 millones) y en 2009, 75 millones de euros, con lo que la sociedad ha debido endeudarse por 169 millones de euros, un dinero que no se ha invertido en infraestructuras hidráulicas, que eran «imprescindibles y urgentes». «Tenemos una urbe con unas infraestructuras hidráulicas atrasadas y deterioradas».