Muros centenarios y puentes pulverizados, coches a la deriva, personas braceando en avenidas y una herida irrestañable para la familia de José Gil, el bombero de Antequera fallecido en acto de servicio. La noche de los rayos y los registros pluviométricos reventados dio ayer paso al desasosiego. Una gota fría, un temporal de lluvia, una mezcla de factores fortuitos ha sacudido a la provincia y sin apenas tiempo para digerir todo lo vivido durante una jornada que quedará para los libros de historia, ayer se conocieron los primeros datos que permiten una aproximación para cuantificar cuál es la verdadera envergadura del destrozo causado: 30 millones de euros en daños es el primer dato que se facilitó ayer, y que corresponde a una estimación inicial realizada por el Consorcio de Seguros, ente vinculado al Ministerio de Economía.

Esta cifra corresponde a una valoración inicial y hace referencia a los bienes asegurados que resultaron dañados durante el domingo y que, por lo tanto, serían objeto de una compensación económica. Esta valoración inicial podrá ir en aumento en los próximos días. Según se informó ayer a la opinión pública, la entidad calcula que se podrían alcanzar más de 5.100 solicitudes de indemnización. El grueso, en concreto 4.500, serían referentes a viviendas, comercios u oficinas. Las 600 restantes serían para cubrir los numerosos daños ocasionados en vehículos particulares, algunos desplazados por la lluvia hasta los lugares más insólitos.

Sólo durante la mañana de este lunes, el Consorcio ya había recibido 259 solicitudes, de las cuales 89 corresponden a Campillos; 57 a Estepona; 37 a Ronda y 23 a Antequera. Los peritos pertenecientes al Consorcio siguen visitando las zonas de la provincia afectadas por las inundaciones para continuar valorando la situación. El número de solicitudes se irá multiplicando paulatinamente en los próximos días, por lo que cabe creer en la posibilidad de elevar la cuenta de daños registrada durante una jornada aciaga.

Reunión con alcaldes

Horas antes de conocer la evaluación de daños por parte del Consorcio de Compensación de Seguros, se celebró una primera reunión entre una treintena de alcaldes de los municipios afectados y los máximos representantes de Gobierno, Junta y Diputación. La cita, establecida como una primera toma de contacto con la dura realidad y convocada ya el domingo a última hora de la tarde, estuvo encabezada por la subdelegada del Gobierno en Málaga, María Gámez, el delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía, José Luis Ruiz Espejo, y el presidente de la Diputación, Elías Bendodo. La determinación más importante que se tomó ayer es la de iniciar, de inmediato, la cuantificación de daños para comprobar si procede o no la declaración de zona catastrófica en la provincia de Málaga.

Para ello, los municipios tendrán que elaborar un parte de daños trabajando, de manera conjunta, con los técnicos y peritos del Gobierno. De darse las circunstancias, la declaración tendría que aprobarse en el Consejo de Ministros. Según explicó Gámez, el Gobierno espera contar con cifras concretas a lo largo de la jornada de mañana y agilizar el proceso. Lo previsible, entonces, sería que el Consejo de Ministros dé luz verde a la calificación de zona catastrófica, respondiendo, así, al sentir generalizado de los alcaldes de los municipios afectados. «La recopilación de datos es la que permitirá dar lugar a preparar ese informe para la posible declaración de lo que venimos denominando zona catastrófica», explicó Gámez.

En esta línea, también hay que encuadrar las declaraciones efectuadas, ayer, por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una visita a la fábrica de Renault en Valladolid. Desde ahí, Sánchez avanzó que este viernes se iniciarán los trámites para poner en marcha un paquete de medidas económicas para los afectados por las inundaciones en la provincia, además de reiterar las condolencias por el bombero fallecido.

Por otra parte, Gámez rechazó la existencia de negligencias o falta de previsión, achacando las inundaciones a las magnitudes en su vertiente más extrema. La gota fría, a su paso por la provincia, como ya se ha mencionado, ha alterado todos los registros computados.

Una vez superada la trágica jornada del domingo, los máximos responsables de las tres instituciones implicadas se afanaron en transmitir una imagen de unidad. Una voluntad que ahora se quiere proyectar, a su vez, en la mejor canalización posible de las diferentes ayudas que ofrece cada una. A falta de concretar con exactitud los pasos que deben dar los particulares para reclamar compensaciones, Ruiz Espejo sí dejó claro que siempre se deben realizar a través de los diferentes ayuntamientos. «Entendemos que debe ser así, ya que son los que están en primera línea con los ciudadanos», explicó. El delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía ratificó, en todo caso, que habrá fondos suficientes para tratar de restablecer los daños registrados. Por otra parte, confirmó que se mantiene vigente el nivel dos del plan de emergencias por inundaciones. Un estado que garantiza la presencia sobre el terreno de efectivos pertenecientes a la Unidad Militar de Emergencias (UME) y a la Protección Civil, además de cuerpos de seguridad estatales y locales.

A falta de seguir concretando los daños e ir afinando las cifras de los destrozos sufridos, ya se pudo confirmar con rotundidad que Málaga ha sido la provincia que más ha sufrido a nivel andaluz. El agua ha afectado, sobre todo, a los municipios de la comarca de Antequera, la Serranía de Ronda y Costa del Sol. Benaoján, Ronda, Jimera de Líbar, Ardales, Campillos, Sierra de Yeguas, Bobadilla, Teba y Humilladero son los más dañados.