Con solo 18 años, cuando disfrutaba de su verano previo al inicio de su etapa universitaria, Sarah, una joven de Marbella deportista y amante del mar, se enfrentó en cuestión de horas a una infección que le provocó una septicemia con fallos multiorgánicos, una dolencia con una tasa de mortalidad superior al 90 por ciento que la joven ha superado y que ha hecho que centre todos sus esfuerzos en recuperar la normalidad tras las secuelas.

La bacteria meningocócica Y fue la que puso entre la vida y la muerte a esta joven que ahora tiene que recuperar su independencia. Y es que el alcance de la necrosis en las extremidades hizo a los cirujanos tomar la decisión de amputar piernas y brazos por debajo de las articulaciones para que no avanzara más. Aún ingresada en la Unidad de Quemados del Hospital Regional, la joven pelea por estabilizarse y familiares y amigos han abierto un número de cuenta y han creado una asociación para hacerse con las mejores prótesis del mercado. «Sarah quiere retomar su vida donde la dejó, volver a estudiar; coger algunas materias poco a poco y su pensamiento es volver al mar a surfear y estudiar», explica la tía de Sarah, Patricia Vallejo.

La historia de Sarah se remonta a la noche del 23 de julio, cuando ingresó por urgencias en el Hospital Costa del Sol de Marbella al tener un dolor fuerte de barriga y vómitos. Un cuadro al que los médicos no le dieron más importancia y que solventaron suministrando algo para eliminar las molestias. El dolor era tan intenso que a la mañana siguiente regresó al hospital y ya fue ingresada. «A las horas llamaron a mi hermana para decirle que la niña tenía sepsis, una infección bastante grave de vida o muerte», recuerda Patricia.

La propia Sarah cuenta en redes sociales que lo que pensó que eran unas horas al despertarse algo hinchada y morada se tradujo en tres semanas de UCI y diez días en coma inducido. De ahí, fue trasladada al Hospital Regional. «El corazón funcionaba muy bien y estaba muy lúcida, yo creo que es lo que le ha mantenido esa fuerza de carácter y cabeza», resume su tía. Sobrevivir a una septicemia fue un auténtico triunfo, pero tras despertar del coma y valorar los daños, los médicos tuvieron que entrar a quirófano con Sarah y amputar manos y pies por debajo de las articulaciones -codos y rodillas- para atajar la necrosis. «Ha salvado las articulaciones y eso es bastante positivo para las futuras prótesis. Ahora está en fase de injertos», resume Vallejo.

Algo más de tres meses en una montaña rusa de emociones y cambios continuos, tal y como detalla su tía, que han hecho a sus allegados crear una asociación, «Somos tu ola», que tiene dos objetivos: ayudar a buscar financiación y todo lo que requiera Sarah en un futuro para recuperar el mayor grado de autonomía posible, y servir de apoyo a aquellas familias que se enfrenten a casos similares. «La niña entra con una sepsis, sobrevive, y no caes en que pueda perder una extremidad, nadie te prepara para eso», expone. «Hay días en los que Sarah está alegre porque se siente bien físicamente pero otros en los que está menos bien», detalla su tía. Ahora mismo, la joven está en la UCI con una neumonía controlada, un pequeño obstáculo que debe sortear para estabilizarse y avanzar en su recuperación.

Mientras tanto, en algunos colegios de Marbella ya venden pulseras a 2,5 euros para ayudar a la joven y el Ayuntamiento de la localidad organiza algunas actividades futuras. «Es una pasada. Te emocionas a diario, el apoyo es realmente abrumador». Además, se ha puesto un número de cuenta a disposición de quien quiera ayudar económicamente a Sarah: IBAN ES50 2103 1105 7300 3002 4341 y el swift code es UCJAES2M. Y es que la vida de Sarah no se entiende sin el deporte y para ello, la familia tendrá que adquirir unas prótesis para diario y otras específicas para practicar deporte. Entre las disciplinas que ha disfrutado, el crossfit y el surf son las más horas le ha dedicado en los últimos años. «Es muy competitiva en todo lo que hace», puntualiza la allegada.

Todos los esfuerzos son para que la joven se recupere y, una vez fuera del hospital, retome su vida con la mayor normalidad posible. «La semana pasada estuvieron sus padres en una feria de prótesis en Madrid informándose. No sé de cuánto dinero hablamos pero sé que es mucho», recordó. El mar y los libros le esperan para continuar.