Un problema enquistado durante largos años que afecta a los vecinos de Miraflores de El Palo está a punto de desbloquearse. La entidad urbanística de esta zona y el Ayuntamiento ultiman en estos días la negociación de un convenio que permita resolver una anormalidad como es que esta barriada sea la única de Málaga en la que el agua no es suministrada por el Ayuntamiento y Emasa. El objetivo central del convenio es que Emasa sea a partir de ahora la que distribuya el agua. Tanto el concejal de Medio Ambiente, José del Río, como la gerente de la entidad vecinal, Pilar Gutiérrez, han señalado que las negociaciones se están acelerando en estos últimos días y que van «por muy buen camino», de manera que «el acuerdo es posible», indican ambos.

Para mañana viernes los vecinos están convocados a una asamblea extraordinaria. En ella ambas partes -Ayuntamiento y entidad urbanística- esperan poder presentar un principio de acuerdo para que pueda ser ratificado por los vecinos.

Ninguna de las dos partes ha querido entrar en el detalle de la negociación «para que sean los vecinos los primeros en conocerla», pero son los flecos económicos los que todavía no han hecho posible el acuerdo. De un lado, el Ayuntamiento parte de una reclamación de algo más de 3 millones de euros por la utilización de las redes municipales de saneamiento; de otra, la entidad vecinal defiende una deuda similar por la cuantificación de los pozos y redes y los costes derivados de la prestación del suministro del agua. De ello resultaría, según el Ayuntamiento, un saldo a su favor que sería abonado por los vecinos a lo largo de varios años.

Lo contrario, la falta de acuerdo, abocaría a una salida perjudicial para los vecinos. La entidad urbanística ya lo ha avisado: si no hay acuerdo propondrá dejar de hacerse cargo del suministro del agua y entregar el servicio al Ayuntamiento.

Esta propuesta está en el orden del día de la asamblea de mañana y se votaría si no hay otra solución. En este caso, la entidad urbanística ofrecería un plazo de unos dos meses para que Emasa se hiciera cargo de la distribución del agua.

El conflicto que mantienen desde hace años la entidad urbanística y el Ayuntamiento a cuenta de quién debe abastecer de agua lleva a recordar cuando hace un año el pozo de la calle Pintor Enrique Florido, que abastece a la urbanización, sufrió un sabotaje con el vertido de un líquido espumante que obligó al cierre de dicho pozo.

Peligro legal

Con ello se puso de manifiesto la existencia de un problema de salud pública y, lo más importante, la situación de «ilegalidad» del suministro y las responsabilidades legales en las que podrían incurrir tanto la entidad vecinal como los propios vecinos si se repitiese un acto similar.

Es este hecho y sus consecuencias el que ha obligado a la entidad vecinal a poner fin a su actividad de suministradora de agua a un grupo de vecinos que, junto a los de Miraflores de El Palo, suma los de varios bloques de la calle Villafuerte, los bloques de El Drago, Las Cuevas y la urbanización Andasol, que suponen unas 750 viviendas.

Esta situación de «ilegalidad» y las posibles responsabilidades jurídicas que conlleva es lo que ha llevado a las dos partes a negociar y buscar una solución administrativa y legal que no perjudique a los vecinos en su derecho a recibir agua potable en buen estado.