A Rosa Anaya no le falta perseverancia. Esta dirigente vecinal, presidenta de la asociación de vecinos Cortijo de Maza y Pueblo Andaluz, tiene mucho que ver con la próxima inauguración de las urgencias en Churriana. De hecho, algún responsable de la Junta le ha reconocido estos días que, sin ella, este módulo seguiría en el limbo administrativo. Cerrado hasta las calendas griegas.

Construido en 2008, a la vez que el anexo centro de salud, la Junta de Andalucía se gastó 1,8 millones de euros en este módulo pero la llegada de la crisis lo puso en cuarentena.

El pasado viernes, 26 de octubre, se tomó la decisión de abrir el edificio, cuenta Rosa Anaya, que se enteró unos días más tarde. «En el Congreso ya me había comentado que había una puerta abierta», cuenta.

Y en el Congreso de los Diputados conocen bien a Rosa Anaya, gracias a lo que esta vecina de Churriana describe como «dos años muy intensos» en los que «llamaba todos los días». Porque como explica, aunque también contactó con la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, la decisión de abrir de una vez las urgencias de Churrianas «se gestó en el Congreso».

Durante dos años, Rosa Anaya ha estado centrando sus gestiones en dos diputados socialistas: Jesús María Fernández, actual portavoz de la comisión de Sanidad y sobre todo en el malagueño Miguel Ángel Heredia. «Había veces que me daba vergüenza, porque a Miguel Ángel Heredia todos los días le llamaba y nunca tuvo un mal gesto», cuenta, y subraya que siempre ha actuado como vecina del barrio, no como presidenta vecinal.

El teléfono del Congreso dio su fruto y a través del grupo socialista en Madrid logró una cita el año pasado con Juan Monedero, secretario general de la Delegación de Salud y también otra con José Luis Ruiz Espejo, el delegado del Gobierno autonómico, «pero llamé para anularla porque ya me dijeron que iban a abrir».

También por parte del PP sus gestiones dieron resultado y contó con el apoyo de la concejala de Churriana, María del Mar Martín Rojo, y de la parlamentaria andaluza Esperanza Oña, que se tradujo en una proposición no de ley en el Parlamento andaluz que reclamaba la apertura de las urgencias. La proposición salió adelante con el respaldo de todos los grupos, salvo el PSOE, que se abstuvo.

En estos dos años, Rosa Anaya ha combatido la negativa a abrir el módulo con esta frase: «La vida de un ser humano no tiene excusa» y recordaba que no todos los vecinos tenían 60 euros para el taxi de ida y vuelta que les llevaba a las urgencias más próximas, las de Alhaurín de la Torre, Torremolinos y Puerta Blanca.

Ahora, con la meta casi alcanzada, Rosa confiesa estar «loca de contenta», pero recalca que con esta paciente labor diaria al teléfono no ha querido buscar «ningún protagonismo»: «Lo hice con el afán de conseguir algo que es bueno para todos».

Sus contactos le comentan que podría abrir en diciembre. A la inauguración le encantaría que asistieran la presidenta Susana Díaz, responsables del PSOE y del PP y en general todos los que han hecho posible que, diez años más tarde, las urgencias de Churriana dejen el limbo.