Málaga lleva años batallando contra el ruido en sus calles, pero es ahora cuando el debate le ha estallado en las manos a la capital de la Costa del Sol con la reciente aprobación inicial de la declaración de Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS) de 98 calles en el Centro Histórico y cinco en El Romeral, que conllevará la moratoria de un año a la apertura de nuevos bares, restaurantes, pub y discotecas y un recorte en el horario de recogida de terrazas (de dos de la madrugada a una en otoño e invierno, de domingo a jueves). Lo cierto es que los vecinos y los hosteleros amenazan con irse a los tribunales, unos porque quieren que se aplique ya el documento (al que le queda una fase de exposición pública y alegaciones y la posterior aprobación definitiva en el Pleno) y otros porque creen que se está criminalizando al sector. En medio, el Ayuntamiento pide calma, alegaciones a todas las partes y consensuar, en la Mesa contra el Ruido, constituida tras aprobarse en sesión plenaria, una normativa que combine el legítimo derecho al descanso de los residentes y el derecho a las expectativas de beneficios en los negocios. Parece la cuadratura del círculo.

El caso es que el Ayuntamiento, pese a las críticas, mantiene una fuerte actividad de control a los negocios hosteleros, según se desprende de los datos de intervenciones de la Policía Local de Málaga, desde el 1 de enero de 2018 al pasado jueves, 8 de noviembre. Así, los agentes municipales han realizado 609 servicios por ruidos en establecimientos e incumplimiento del horario de cierre en el periodo reseñado más arriba, el 57% (349) por no respetar el horario de cierre del establecimiento, es decir, más de la mitad del total.

Del resto de denuncias y actuaciones sobre locales hosteleros, cabe destacar las 90 efectuadas por carecer de permiso a música y las 75 por trascender el hilo musical al exterior por puertas y ventanas. Asimismo, se han realizado seis notificaciones del decreto de cese de música. En cuanto a las denuncias relativas a la Ordenanza Reguladora de Ocupación de la Vía Pública, se han interpuesto a lo largo de 2018 un total de 65 (un 10,6%) por no respetar el horario de cierre de la terraza y 17 por no retirar la ocupación de la calle fuera del horario o plazo establecido.

En relación a las actuaciones sobre la Ordenanza de Feria (establecimientos, casetas y paseo de caballos), se interpusieron dos denuncias (o intervenciones) por incumplir el horario del cese de la música, dos por no respetar el horario de cierre de la caseta, otras tantas por tener altavoces en la calle sin autorización municipal y una por incumplir los grupos de folclore el horario de finalización de las actuaciones en la Feria del Centro. En total, 609 intervenciones policiales.

Por zonas, según el universo de datos que maneja este rotativo, la más afectada es El Cónsul, con 231 servicios de la Policía Local por ruidos en sus establecimientos hosteleros o incumplimiento del horario de cierre en lo que va de año; le siguen el Centro Histórico, con 112, El Romeral con 25 y Teatinos con 24; luego, destacan Los Paseros, con 21, La plaza de la Merced, con 14, el recinto Ferial de Cortijo de Torres, con 13, La Luz con nueve, Guadaljaire con ocho, La Malagueta con la misma cifra, el Arroyo El Cuarto con siete, idéntico número que el Ensanche del Centro, el barrio de Cortijo de Torres y Heliomar. La segunda fase del Cónsul aglutina cinco y cuatro el parque empresarial La Estrella, calle Mármoles, La Palmilla y Cortijo Alto, respectivamente; con tres servicios de la Policía Local durante 2018 están Los Castillejos, Barcenillas, La Goleta, Campanillas y Los Guindos, respectivamente. Este es el mapa de ruido y de incumplimiento de horarios de recogida de terrazas o cierre de bares de Málaga.

Las zonas más afectadas (que, en su mayor parte, están concernidas por la declaración de varias de sus calles como ZAS) suman 411 intervenciones, el 67% del total, esto es las dos fases del Cónsul, el casco antiguo, El Romeral, Teatinos y la Plaza de la Merced.

Asimismo, más de la mitad de las intervenciones de la Policía Local por ruido o incumplimiento de los horarios de cierre de los establecimientos (308 de 609) se dio entre junio y septiembre, es decir, en los meses álgidos de la temporada alta turística, siendo la zona más afectada El Cónsul, con 140 servicios, seguida del Centro Histórico, con 68, El Romeral, con 20 y Teatinos, según los datos del Ayuntamiento de Málaga a los que ha tenido acceso este periódico. Precisamente, son estas zonas las más afectadas por la futura aprobación definitiva de la declaración de ZAS.Antecedentes

En febrero de 2016, el Ayuntamiento de Málaga presentó una campaña de medición de ruidos en 41 puntos de la ciudad, fundamentalmente en Teatinos y el Centro Histórico. La muestra se tomó durante ocho meses, y en periodos de diez semanas. En todos estos puntos, se superaron los estándares de calidad acústica, fundamentalmente por la noche (55 decibelios).

El informe concluía que el ambiente sonoro en esas zonas superaba los objetivos de calidad acústica, «aunque es mucho más relevante durante el periodo nocturno». «Únicamente ha sido inferior a los 55 decibelios de forma ocasional en algunos de los puntos de la medida» durante las noches, reseñaba el informe, que añadía que los niveles de las tardes y noches del fin de semana son más elevados que los días hábiles, alcanzando el sábado su punto culminante.

En la presentación de ese estudio, el Consistorio hizo pública una encuesta digital -con una participación escasa- en la que se concluía que el 84% de los participantes consideraba que el ruido es un problema en su vida, y el 50% que les molesta mucho o extremadamente (33%). Además, casi la mitad de los participantes consideraba que su barrio es extremadamente ruidoso (este porcentaje llega al 66% en el distrito Universidad/Teatinos), y el 57% creía que la situación ha empeorado mucho a lo largo de los últimos cinco años (2011/2016). Esta contaminación acústica afectaba entonces a 2.232 vecinos de las zonas de Plutarco y Andrómeda (distrito Teatinos) y a 1.632 en el Centro Histórico.

El estudio demuestra que la preocupación municipal por el ruido es importante desde hace casi tres años, aunque aún no se ha llegado a la aplicación del ZAS. Los hosteleros, de cualquier forma, defienden que debería hacerse una zonificación previa, de forma que a cada calle le corresponderá una serie de medidas adecuadas, por lo que la solución no son las medidas generales que propone la declaración de ZAS. Los vecinos de las dos zonas afectadas quieren que, al menos, se apruebe ya este instrumento y amenazan con ir a los tribunales. Además, se niegan a sentarse en más mesas o foros. En medio, el Ayuntamiento busca el consenso y el equilibrio.