El ayuntamiento de Málaga, a través de las Áreas de Participación Ciudadana y Derechos Sociales, presentó ayer el estudio «Habitar la diversidad sexual, familiar y de géneros en Málaga», en un acto conducido por el concejal de Derechos Sociales, Raúl Jiménez, y el autor del informe, el antropólogo malagueño Luis Puche. El estudio concluye que Málaga es un lugar bastante o muy amigable y seguro para el colectivo, aunque la mitad de los encuestados identifica situaciones cotidianas de discriminación pero de baja intensidad.

Este completo estudio, realizado por Luis Puche, doctor en antropología social de la Universidad Autónoma de Madrid, ha sido considerado como un ejemplo de buenas prácticas en círculos académicos y ha sido posible gracias a la X Beca Málaga Participa del Área de Participación Ciudadana. Asimismo, se trata del primer informe científico en el que se realiza un análisis de la situación de las personas LGTBI en la ciudad y que servirá de base teórica para elaborar el próximo plan municipal dirigido a dicho colectivo.

El estudio, cuyo objetivo es alcanzar una Málaga en la que el derecho al disfrute de la ciudad esté garantizado también para este colectivo tanto en sus vidas públicas como privadas, según Puche, se trata de un ejemplo de «buenas prácticas municipales», ya que se realiza una evaluación del panorama actual para que a partir de dicha visión se puedan diseñar políticas que puedan mejorar la situación.

Para la realización de la investigación, previamente se entrevistó en profundidad a 17 agentes sociales claves en la ciudad y a personas expertas en materia LGTBI: entre ellas, activistas del colectivo, una jurista especializada en delitos de odio, una médica especialista en salud sexual, maestros, investigadores, una psicóloga especialista en género y sexualidad, un miembro de las Fuerzas y Cuerpos Seguridad del Estado y una trabajadora social de la administración pública. Paralelamente, se realizaron encuestas a través de internet, de las que se analizaron 135 respuestas, una cantidad con poca representatividad estadística, pero que según apunta, señala tendencias significativas.

Según los datos generalizados del estudio, Málaga se concibe, para el 51% de los encuestados, como «un lugar bastante o muy amigable y seguro», mientras que para la otra mitad se trata de un espacio en el que se detectan situaciones de LGTBIfobia cotidiana aunque no gran intensidad. Estas percepciones generales, para Puche, significan que Málaga aparece dibujada como una ciudad relativamente abierta y amigable, principalmente, gracias a su localización geográfica que tanto turismo tan variado recibe y al laboratorio de libertades sexuales y formas alternativas de convivencia en el que se convirtió Torremolinos décadas atrás al final de la etapa franquista. Aun así, la población LGTBI sigue viviendo con ciertas precauciones su visibilización y reivindicación de sus derechos por temor a posibles agresiones o por homofobia. Asimismo, en cuanto a las diversas entidades y su situación en la ciudad, los hombres gais aparecen como el colectivo mejor aceptado.