La asociación francesa del transporte por carretera comunicaba, esta mañana, el acuerdo de cancelación de las restricciones de conducción para la región sudeste de Francia. Pasada ya la tormenta, los transportistas malagueños comienzan a pisar territorio español después de haber quedado atrapados desde el pasado domingo, desde el pasado domingo, en distintos puntos del país galo, por la huelga convocada por los llamados 'chalecos amarillos' en protesta por la política del Gobierno de incrementar la fiscalidad de los carburantes.

Los cortes de carreteras provocados por los piquetes se iban a efectuar, en un principio, solo durante la jornada del sábado, por lo que muchas empresas malagueñas dedicadas al transporte de frutas y verduras a la Unión Europea, comenzaron ese mismo día a preparar las salidas del domingo.

Salvador Vigo, conductor de la cooperativa Contravelma que se dedica a transportar productos de la Axarquía, explica que salió el sábado de Málaga con dirección Holanda junto a otros cuatro compañeros. El domingo entraron al país galo sin saber la magnitud de la situación. "Pensábamos que no había ningún problema ese día. Salimos cinco compañeros en total pero uno de nosotros tuvo que hacer una parada intermedia. Él ya no consiguió pasar de Angoulême, que se encuentra en mitad de camino entre Burdeos y Poiters" relata.

El transportista cuenta que su compañero, al retrasarse un poco más que el resto, tuvo que quedarse parado en la estación de descanso Tour Val de Loire en Monnaie desde el mismo domingo hasta el pasado martes por la mañana. El resto de transportistas de la empresa y él mismo, consiguieron llegar a su destino al salir un poco antes que el primero.

El problema surgió a la vuelta. Salvador cargó su mercancía el Holanda el lunes por la mañana y no consiguió llegar a España hasta ayer miércoles. "Cuando volvía ya el ambiente estaba más tenso. En la frontera de Francia y Bélgica había fogatas de hasta 4 y 5 metros pero el trayecto hasta París fue tranquilo. Al pasar la capital otra vez comenzaron los atascos" señala.

Al conocer por otros compañeros que los pasos estaban cerrados, el malagueño declara que comenzó a tomar carreteras comarcales y a intentar evitar el embudo de coches que se encontraba atrapados, pero al igual que él muchos compañeros comenzaron a seguir la misma táctica y no puedo evitar el colapso en Burdeos.

24 horas parado en la carretera nacional 10 en la que el malagueños ha vivido momentos muy tensos entre policías y piquetes pero sobre todo destaca que ha sido una situación de mucha incertidumbre. "Los protestantes eran pacíficos con nosotros pero no sabíamos bien cómo podían actuar porque había mucha tensión con los antidisturbios. Como no podían cortar las carreteras en su totalidad lo que hacían era dejar pasar de dos en dos a los vehículos cada media hora. Ha habido ocasiones en las que los policías nos obligaban a seguir avanzando y los piquetes se ponían en medio para impedirlo" recuerda Salvador.

Asimismo, reprocha que tanto él como sus compañeros estaban advertidos "a medias" porque solo se les comunicó que los parones serían en la jornada del sábado, y además recrimina que durante su travesía apenas recibían información del estado de las carreteras ni de cómo avanzaban las movilizaciones. "A los franceses les da igual que hayamos perdido días de nuestro trabajo. Solo he visto dos camiones de origen francés durante los atascos, el resto éramos españoles o de otros puntos de Europa" apostilla.

Al final, Salvador pudo entrar a España el martes y reconoce su suerte al no haber sufrido grandes pérdidas pero denuncia que todavía hay bastantes compañeros que se encuentran atrapados allí a la espera de seguir circulando, lo que además está generando pérdidas de los productos perecederos que transportan y pérdidas en las ventas.