La costa del Mediterráneo, en Andalucía y la Comunidad Valenciana, cuyos destinos son más dependientes de la demanda española y tienen «un producto más diferenciado», registran los mayores incrementos en los indicadores de rentabilidad turística durante el verano de 2018, según el Barómetro de Rentabilidad y Empleo en los Destinos Turísticos, elaborado por la Alianza para la Excelencia Turística, Exceltur.

En el caso de Andalucía, Tarifa aumenta un 13,7 el ingreso medio por habitación disponible (RevPar) y un 12,5 por ciento en empleo; y Chiclana aumenta su RevPar un 7,2 y un tres por ciento en empleo en Cádiz.

En Almería, el destino de Mojácar crece en sus ingresos medios por habitación disponible un 11,6 por ciento y un tres por ciento en el empleo. Isla Cristina, en Huelva, aumenta un 10,3 por ciento en RevPar y baja un 0,4 por ciento en empleo y Benalmadena aumenta un diez por ciento en RevPar y suma un 1,5 por ciento en empleo. Por último, Torremolinos, en plena Costa del Sol, aumenta un cuatro por ciento en RevPar y un 0,7 por ciento en empleo.

De su lado, entre los destinos urbanos situados en el litoral mediterráneo de perfil vacacional con altos niveles de RevPar y notables crecimientos durante los meses de verano se encuentran: Cádiz (108,7 euros, +4,1 por ciento en RevPar y +4,4 por ciento en empleo), Málaga (87,5 euros, +4,3 por ciento en RevPar y +5,2 por ciento en empleo) y Almería (71,7 euros, +5,3 por ciento en RevPar y +3,1 por ciento en empleo) en la costa andaluza. El aumento de la rentabilidad turística ha sido también relevante en buena parte de los principales destinos urbanos del interior andaluz. Este es el caso de Sevilla (65,9 euros, +6,1 por ciento en RevPar y +7,6 por ciento en empleo) y, Córdoba (42,5 euros, +4,6 por ciento en RevPar y cuatro por ciento en empleo). En términos generales, la caída de ingresos asociados al turismo en los principales destinos urbanos como Madrid (-7,9 por ciento) y Barcelona (-6,7 por ciento) durante el pasado verano, ha conllevado una prolongación de la ralentización del crecimiento de la rentabilidad de junio a septiembre.