Las tecnologías se han ido implantando en el día a día para aportar facilidades y beneficios en la vida diaria, pero al mismo tiempo crean dependencia e influyen en las conductas y hábitos. Este desarrollo tecnológico, indudablemente se ha trasladado a una de las formas de ocio más comunes entre los jóvenes: los videojuegos.

Estos se han convertido en el medio de entretenimiento por excelencia para la mayoría de los menores de edad y entre ellos, se encuentra el 'Fortnite', un juego online que cuenta ya con más de 125 millones de jugadores en todo el mundo y en el que estos, tienen que abastecerse de todo tipo de armas y demás objetos para sobrevivir en la isla desierta donde aterrizan al inicio de la partida, y ello por supuesto, implica matar a los contrincantes.

El boom del Fortnite acapara a todos los jóvenes y su táctica de juego engancha, ello ha hecho que muchos menores trasladen el rol que ejercen dentro del videojuego a su conducta diaria. Los padres ya se han sumergido en una batalla contra él, y ahora ha sido el turno de los profesores, quienes en más de una ocasión han podido ver cómo la práctica de este recreativo está afectando en su rendimiento y relaciones con sus iguales.

El Colegio malagueño 'El Limonar', ya se ha hecho eco de esta problemática y de lo que supone practicar este juego cada vez más extendido en edades comprendidas entre los cinco y los doce años, por ello, han emitido un comunicado informativo sobre la preocupación existente entre los docentes respecto a los comportamientos y conductas derivadas del Fortnite y han podido comprobar que está provocando un deterioro significativo en el rendimiento académico, la capacidad de autocontrol y las relaciones con sus compañeros, en ocasiones, llevándose a cabo casos de discriminación o violencia .

«Problemas comunes de atención que no estaban relacionados con un trastorno de déficit, falta de tolerancia frente a los demás, un manifiesto de frustración junto a poca capacidad de espera o conductas violentas hacia sus propios compañeros. Este patrón de conducta repetitivo entre los alumnos fue los que nos hizo sumergirnos más en el entorno para saber lo que ocurría, y dimos con un motivo común, el exceso de juego del Fortnite», explica Isabel Alonso, orientadora del colegio. La importancia de los efectos está siendo tal, que la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), incluyó el pasado año, al trastorno por videojuegos en la lista de enfermedades mentales reconocidas.

La nota enviada a los padres es muy clara: «En estos momentos existe un videojuego que está causando furor en los chicos/as, el efecto Fortnite está arrasando entre los pequeños y mayores de la casa. Su temática no esespecialmente novedosa, pero reúne una combinación de elementos que lo hacen más adictivo y de un acceso más fácil de lo normal. A su capacidad adictiva y fácil acceso, se une el impulso que están dando al juego los más famosos youtubers, ídolos de pequeños y adolescentes, que llevan meses hablando del tema, pero no sólo son los gamers, sino también futbolistas y otros famosos han hecho referencias a este juego, consiguiendo que los pequeños que no juegan se puedan llegar a sentir los raros del grupo».

Y advierte a los padres de que controlen a sus hijos: «Día a día crece la escasa tolerancia a la frustración en nuestro alumnado, la dificultad de autocontrol, el aumento y normalización de conductas agresivas, así como el generalizado incremento de problemas atencionales que están interfiriendo en su correcto desarrollo académico, os recomendamos que establezcáis una serie de límites claros con vuestro hijos/as, que controléis el tiempo de acceso a las pantallas y que conozcáis y superviséis los juegos que utilizan en su tiempo libre».

Lidia Arias Calero, psicóloga clínica, deja claro la influencia directa que tienen este tipo de juegos del rol tan violentos, y su uso indebido en el desarrollo de los menores y por lo tanto, en su conducta y rendimiento. «La influencia en el menor puede manifestarse en conductas agresivas, racistas y sexistas, así como cualquier comportamiento hostil», destaca la psicóloga.

Ella también señala el déficit de atención como otro de los aspectos negativos consecuencia del abuso de esta forma de entretenimiento. «El niño comienza a experimentar unas respuestas hormonales de cortisol y adrenalina que son normales para una situación puntual, pero si esta respuesta se convierte en algo frecuente, deja de ser beneficio», explica.