­Puente de la Inmaculada y con sol radiante. Quedarse en casa tendría que ser considerado pecado. Es lo que muchos malagueños tuvieron que pensar este jueves y comenzaron en las calles, y en las terrazas, un puente de diciembre presidido por el buen tiempo y temperaturas impropias de la época. Todo lleno. En el Centro y en los merenderos de la playa. Imposible comer sin reserva. Tampoco en el Muelle Uno.

El ruido de los trolleys por la mañana anunciaban la avanzadilla de turistas dispuestos a tomar los pisos vacacionales del Centro de la ciudad. Incesante. En el Parque apenas se cabía tampoco. Este jueves se inauguró la Feria Sabor a Málaga, por lo que la aglomeración de público fue sobresaliente durante toda la jornada.

Además, es tiempo de montar el belén y de adquirir los detalles de última hora que siempre faltan en los puestecillos. O de comprar otros adornos para decorar la casa. Que se note que la Navidad está a la vuelta de la esquina. De hecho, desde hace una semana las calles de la ciudad lucen su alumbrado. Y la mayoría de quienes bajaron al Centro tenían su ruta previamente definida: comer, cafelito y coger sitio para ver el espectáculo de luces y sonido en la calle Larios. Merendar en cualquier cafetería era una auténtica aventura. Los aparcamientos municipales también estaban completos. Y se registraron atascos en distintos accesos.

El puente continuará con una previsión del tiempo muy parecida, con máximas de 20 grados en la capital. Nueva oportunidad para salir.