La Casita del Jardinero, sede del centro CIFAL de Naciones Unidas, acogió ayer el acto institucional con motivo del 70º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el que participaron representantes de instituciones públicas y privadas y diversos colectivos sociales.

Durante el acto, en el que se leyeron los 17 artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos relacionados con alguno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), actuó el grupo Cherry Bomb Rock Band, que interpretó las canciones Imagine y Zombie. Además, varios niños del colegio de Prácticas Nº1 realizaron un taller de pintura para la paz, dirigido por la Fundación Museum Jorge Rando.

El acto estuvo organizado por el Ayuntamiento de Málaga y el Centro Internacional de Formación de Autoridades y Líderes (CIFAL), que forma parte de la red UNITAR de Naciones Unidas. Además, contó con la colaboración de Unicaja y del Movimiento contra la Intolerancia. El Día de los Derechos Humanos se celebra cada 10 de diciembre, coincidiendo con la fecha en que la asamblea general de Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos, en 1948, por lo que este año se conmemora el 70 aniversario de este documento histórico, que proclamó los derechos inalienables inherentes a todos los seres humanos, sin importar su raza, color, religión, sexo, idioma, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, propiedades, lugar de nacimiento ni ninguna otra condición.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos es el documento más traducido del mundo, disponible en más de 500 idiomas. La Declaración, cuyo borrador redactaron representantes de distintos contextos jurídicos y culturales de todo el mundo, expone valores universales y un ideal común para todos los pueblos y naciones. Además, establece que todas las personas tienen la misma dignidad y el mismo valor.

Gracias a este documento y el compromiso de los Estados con sus principios, la dignidad de millones de personas se ha visto fortalecida, y se han sentado las bases de un mundo más justo. Aunque aún quede camino por recorrer para que las promesas que encierra se cumplan plenamente, el hecho de que haya perdurado en el tiempo es prueba inequívoca de la universalidad imperecedera de sus valores eternos sobre la equidad, la justicia y la dignidad humana.

Con motivo de esta celebración, Naciones Unidas ha recordado que «la Declaración nos fortalece a todos y los principios que recoge son tan relevantes en la actualidad como lo fueron en 1948».