La mejora de la economía y del mercado laboral ha permitido rebajar de forma sensible las cifras de parados en la provincia de Málaga en los últimos años, lo que no impide que el nivel de desempleo y sus efectos sociales sigan siendo muy preocupantes. De hecho, más de 73.200 desempleados malagueños (casi la mitad de los 152.066 que hay en la actualidad) no cuentan con ningún tipo de prestación, ya sea por haberlas agotado o por no haber tenido todavía ningún empleo y no haber generado ese derecho. Según los últimos datos del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, correspondientes a noviembre, ahora mismo son casi 78.800 malagueños (un 51,8% del total) los que vienen cobrando alguna ayuda -prestación contributiva, subsidio, renta activa de inserción, programas de activación de empleo o ayuda agraria-, lo que mantiene al 48,2% de los parados desprotegidos en una época además tan significativa para el consumo como la Navidad.

La herencia de la crisis continúa siendo sin duda muy pesada, aunque hay que recordar que las cifras de parados sin cobertura se han atenuado algo en relación a las que se llegaron a alcanzar en los momentos más duros de la recesión. Así, en el año 2013, cuando había más de 200.000 personas sin trabajo en las colas de las oficinas de empleo en Málaga.

El mapa de las ayudas por desempleo está compuesto, en primer lugar, por la prestación contributiva, que actualmente perciben 26.790 malagueños, a razón de algo más de 1.000 euros de media al mes, según los datos oficiales. Para acceder a ella hay que tener acumuladas cotizaciones como mínimo durante 12 meses (360 días) en los seis años anteriores a quedarse en paro. La prestación, que se cobra durante un máximo de dos años, decrece conforme pasan los meses. Durante los primeros seis meses se cobra el 70% de la base reguladora. A partir del séptimo mes, sólo el 60%.

El siguiente escalón son los subsidios por desempleo. El Estado da esta ayuda a los parados sin prestación contributiva por no haber cotizado lo suficiente o porque la agotaron y siguen sin trabajo. Está la ayuda familiar, el subsidio por insuficiencia de cotización o el de mayores de 55 años. En Málaga los cobran más de 36.000 personas, y la media es de unos 455 euros al mes. También hay que sumar los subsidios eventuales agrarios que perciben 7.600 malagueños (unos 465 euros al mes).

Luego está la renta activa de inserción (RAI), una ayuda extraordinaria para desempleados mayores de 45 años que han agotado el paro y los subsidios, víctimas de violencia de género/doméstica, emigrantes retornados o discapacitados del 33% en paro de larga duración. La prestación (430 euros al mes) se puede cobrar durante un tope de once meses y puede ser solicitada por una misma persona, como máximo, tres veces. En Málaga la reciben 7.718 personas.

Finalmente está el Programa de Activación de Empleo, otra ayuda extraordinaria de seis meses improrrogables para desempleados de larga duración que cuenten con responsabilidades familiares, a cambio del compromiso del trabajador de recibir formación y seguir un itinerario individual y personalizado. En Málaga perciben esta ayuda 567 beneficiarios, con cuantías de entre 400 o 450 euros al mes, según las cargas familiares.

Riesgo de paro crónico

Las personas que no perciben prestaciones están asociadas en gran medida al fenómeno del paro de larga duración. Este colectivo, integrado por personas que llevan más de un año buscando empleo sin éxito, suele corresponderse con grupos que encuentran mayores dificultades de reinserción laboral, caso de los mayores de 45 años. El volumen de parados de larga duración es ahora mismo de algo más de 61.000 personas, un 35% menos que el que hubo en la época más dura de la crisis (donde se llegó a más de 95.200). Pero no cabe mucho que celebrar, ya que su peso porcentual sobre el volumen total de parados no baja. En concreto, los que llevan más de un año buscando empleo sin encontrarlo suponen más del 40% del total de desempleados, el mismo porcentaje que en 2013.

El sindicato CCOO de Málaga alertó hace un par de meses de que, pese a la reactivación económica, hay una parte muy significativa de la población parada con muchas dificultades para reincorporarse al mercado de trabajo. Un estudio del sindicato revela que un 28,4% de los desempleados malagueños llevan más de dos años en el paro, con serios riesgos de quedar excluidos del ámbito laboral si no se produce un giro a esta situación a través de políticas activas de empleo. De estas más de 40.000 personas, hay 18.515 (un 13% de todos los parados malagueños) que llevan entre dos y cuatro años en el desempleo (lo que se conoce como paro de muy larga duración) mientras que otras 21.565 (un 15,3%) superan ya los cuatro años, con lo que han entrado en una fase denominada de «paro crónico».

«Con la crisis unos han ganado mucho y otros lo han perdido todo o casi todo», afirmaba entonces el secretario general de CCOO en Málaga, Fernando M. Cubillo, que denunció que las medidas legislativas de los distintos gobiernos «no han servido para minimizar este paro estructural».

El informe aseguraba que «el reciente escenario de bonanza y prosperidad no se está trasladando a todos los segmentos de la población, que siguen padeciendo con crudeza los efectos negativos que se instalaron con la crisis».