Cuenta el cercano y afable artista Leonardo Fernández (Málaga, 1944), que en una reciente boda hindú a la que fue invitado en Madrid, arrancó los aplausos de los invitados la proyección en una pantalla de uno de sus cuadros, en el que el Cautivo aparece acompañado por un legionario romano, cuyo modelo no era otro que el novio. «Es amigo de mi hijo y fue el modelo. Todos los años acude a Málaga a ver la procesión y a ver el cuadro», explica.

La Semana Santa de Málaga está llena de la obra religiosa de este pintor que, como él mismo comenta, con 11 años, en esa Málaga de su infancia poco dada al arte era considerado «un niño raro» por su afición a la pintura.

Para dejar constancia de la impronta del artista malagueño en la Semana Mayor, el Museo de las Cofradías, en San Julián, acoge hasta el próximo 11 de enero La Pasión según Leonardo, con una selección de 60 obras de cofradías y entidades de toda la provincia porque, explica, sus cuadros se encuentran no sólo en la Semana Santa de Málaga, en la que ha trabajado a casi todas las cofradías sino también en las de Campillos, Marbella, Estepona, Fuengirola y Mijas, entre otras.

La exposición, la primera que realiza en Málaga desde 2002, ha sido comisariada por el profesor de Historia del Arte de la UMA Francisco Rodríguez Marín y recorre la obra religiosa y la vida del pintor, así que junto a pinturas para palios, estandartes, viacrucis y carteles también se exponen objetos muy importantes para él como el maletín de pinturas que le regalaron de niño.

Diez de años de trabajo

En la muestra puede verse, por ejemplo, el viacrucis que hizo para los Gitanos de Málaga y en el que empleó diez años o el delicado techo de palio que pintó para el anterior trono de la Virgen de Gracia, de la Cofradía del Rescate.

También destaca, por su fuerza plástica y originalidad, un Bautismo de Cristo cedido por la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación de Álora, en el que aparecen representandos muchos aloreños que empleó como modelos.

Una constante en su obra, por cierto, es la importancia que en estas representaciones y sobre todo en los retratos le da «a las manos y a la mirada», y a la vista de una conmovedora imagen de la Virgen de Gracia comenta: «Si observas todas las vírgenes y todos los santos procuro humanizarlos, les dejo el parecido de la talla pero los humanizo».

Acompaña la muestra el documental Una vida pintando a la vida, sobre su trayectoria artística. Un reconocimiento, en suma, que este agradecido artista ve como «una satisfacción grandísima y un honor». Leonardo Fernández muestra su alegría por este homenaje en vida pero precisa: «Nosotros somos objetos que Dios pone para el disfrute de las personas, yo disfruto pintando un cuadro pero no soy nadie» y anima al público a visitar la exposición, porque, subraya, más que con la palabra, transmite con su obra.

En febrero el Archivo Municipal prepara otra exposición sobre este artista que sigue pintando y pensando en la pintura «24 horas al día».