Las operaciones policiales desarrolladas en la provincia de Málaga durante el año pasado ya dejaban entrever el repunte que el tráfico de cocaína comenzaba a tener en la Costa del Sol con cifras que en últimos meses han quedado pulverizadas con incautaciones históricas.

Según el balance de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y Aduanas publicado por el Ministerio del Interior, las investigaciones de estos cuerpos permitieron la incautación de 3.774 kilos de cocaína durante 2017, un 6.000% más que el año anterior y una cifra insólita si se compara con los datos anuales del último lustro -61,3 kilos en 2016; 100,5 kilos en 2015; 36,6 kilos en 2014; y 36,2 en 2013-. Este repunte incluso llevó a Málaga a convertirse en el tercer destino peninsular (Las Palmas sumó 4.375 kilos) con más cocaína interceptada. Superada sólo por Cádiz (15.562 kilos) y Valencia (7.067 kilos), las operaciones desarrolladas en la Costa del Sol consiguieron dejar atrás a puntos de entrada históricos como Madrid (2.377) y Barcelona (1.237) hasta el punto de sumar más toneladas que ambas provincias juntas. Uno de los golpes más sonados lo adelantó este diario en noviembre del año pasado, cuando la Policía Nacional desarticuló la organización liderada por El Laca, un marroquí septuagenario que vivía en Fuengirola y considerado como uno de los reyes de la cocaína en la Costa del Sol. La operación sumó una tonelada de cocaína de alta pureza oculta en piñas intervenida y el arresto de su yerno, un policía nacional destinado en la Comisaría de Estepona. En octubre de ese mismo año, dos personas fueron detenidas en Marbella poco después de que iniciaran un viaje hacia Londres con un camión de mudanzas que escondía 101 kilos de cocaína de origen colombiano y otros 258 kilos de hachís en muebles de poco valor. La droga fue valorada en cuatro millones de euros.

Fuentes de la lucha contra el narcotráfico no se sorprenden demasiado por el gran repunte de cocaína interceptada en Málaga y señalan al aumento de la producción de este estupefaciente en Sudamérica como la principal causa.

Esta tendencia ascendente, sin embargo, no se cumple con el hachís, todavía el rey en la báscula de la droga que se mueve por toda la provincia. No obstante, entre enero y diciembre del año pasado se interceptaron 34.430 kilos de hachís, la cifra más baja de los últimos cinco años. Lejos de los 62.583 kilos de 2015; los 56.613 de 2014; los 46.035 de 2016; y a la altura de los 35.081 de 2013. A pesar de todo, Málaga se situó el año pasado como la segunda provincia con más kilos de hachís procedente de Marruecos incautados, lejos de Cádiz (181.793 kilos) y por delante de Almería (32.782).

El balance del Ministerio del Interior también detecta un ligero descenso en la intervención de marihuana en la provincia durante el año pasado, ya sea procesada -1.173 kilos frente a los 1.982 del 2016- o en plantas, ya que en 2017 se intervinieron 29.940 frente a las 69.789 del año anterior y máximo de los últimos años. Otros datos interesantes son el incremento de anabolizantes, ya que el año pasado se localizaron 301.689 unidades frente a las 7.049 del 2016 o de la metanfetamina, con 1.172 unidades por las 141 del ejercicio anterior.