Desde realidad virtual hasta juegos serios, pasando por videojuegos de plataforma o de estrategia, todos han sido creados por los alumnos de la cuarta edición del máster propio de Creación de Videojuegos de la UMA. Esta temática tan variada define y resume muy bien el máster, según explicaba el subdirector de esta titulación, Javier Cepa, durante la presentación de los trabajos de fin de máster que fueron expuestos este viernes en el Polo de Contenidos Digitales. «Intentamos trasladar la esencia de los juegos y cómo de ella se pueden sacar y plasmar ideas propias», resaltaba Cepa.

Y parece que la idea ha sido bien captada entre el alumnado, que bien en grupo o de forma individual, ha desarrollado videojuegos muy diferentes, pero todos en la línea de lo que cada estudiante quería trasladar al potencial público. Y adaptado al medio que consideraban más acertado. Así, más allá de una presentación de trabajos finales, el viernes ese rincón de la avenida de Sor Teresa Prat se convirtió en la cumbre de esta industria que no para de crecer y que tanto empleo está creando.Proyectos profesionales

No se expusieron trabajos, se mostraron proyectos profesionales que bien podrían suponer la entrada a la industria para muchos de ellos o su consolidación dentro de esta, pues hay quienes ya están trabajando en empresas del sector antes incluso de finalizar los estudios. «El índice de colocación en la industria, incluso a nivel internacional, es muy elevado», aseguró el director del máster, Antonio Fernández Leiva. Y es que estos alumnos «darán que hablar en los próximos años», afirmó.

Para comenzar el acto, los profesores quisieron abrir la mente de los allí presentes -familiares, profesionales o simplemente curiosos- y resaltar que los videojuegos, pese a la mala fama que asumen «no son perjudiciales». Y no solo eso, sino que «son cultura y educación» y pueden repercutir favorablemente en la sociedad.

Así lo demostró Roberto González y su proyecto Gotas de vida, un 'juego serio' que «está pensado para ayudar a las personas», relató. Esta especie de libro interactivo en el que puedes ir eligiendo tu propio camino tiene como objetivo que cualquiera que se sienta enfadado, triste o solo se sienta mejor después de haber jugado. La mecánica es simple, depende de cuál sea tu estado de ánimo accederás a una historia -original o una leyenda versionada por González-. Con un estilo gráfico manual y con «la ayuda de la palabra de Dios» como telón de fondo, este alumno ha querido obviar la parte comercial y económica y «hacer un videojuego que ayude a mejorar el mundo». Por eso además está narrado para que puedan jugar invidentes.

También con esa línea como hilo conductor de la historia, Puppet Interactive Studio -nombre de uno de los grupos que han hecho el TFM en conjunto- ha desarrollado Ties of time. Este videojuego de realidad virtual, «un medio propio para transmitir sentimientos», explican los creadores, recrea cómo se sale de la depresión. Así, la historia comienza cayendo en una profunda cueva y cada jugador tiene que buscar la forma de salir. El sonido, algo que la mayoría de los estudiantes reivindicaron en sus juegos como una de las características más importantes por otorgarles interactividad y dinamismo, en Ties of time es esencial. La realidad virtual exige esa inmersión que se consigue, en gran parte, gracias a una música bien diseñada y escogida.

Otro de los videojuegos alejados de los tópicos que rondan este mundo es el de Sea Sons Games, que trata de criticar los prejuicios. Muestra una serie de personajes, definiciones sobre ellos y opiniones del resto y hay que descubrir quién es el culpable. Al elegirlo, una frase te explica por qué estás equivocado.

Historias

Pero incluso los que a priori podrían parecer tradicionales tienen una historia detrás. Es el caso de Two Lovers, un videojuego creado por Dragon’s Howl. Cuenta la historia de dos personajes, uno de fuego y otro de cera, que se necesitan para sobrevivir, pero que al mismo tiempo se hacen daño. Se trata de un juego de plataforma, cuya narración, sonido, arte e interfaz hace que sientas que estás viendo una película.

Además, los juegos retro como Hollywood Rampage, los de estrategia y acción como Botblins, de realidad aumentada como Armix o el indie Pyramid Warriors y tuvieron muy buena valoración entre el profesorado. Asimismo, se destacó la gestión de recursos y la originalidad de juegos como Lia y Lalo, de Francisco Rodríguez, que cuenta su propia historia y la hace interactiva, o de Carnage Party. Este juego de disparos en primera persona, realizado por Miguel Lima, también triunfó por tener "una jugabilidad muy buena" y haber conseguido "encajar las partes tan bien" a pesar de haberlo realizado en solitario, resaltó el profesorado. Así, la variedad es lo que mejor define los trabajos finales de este máster que forma en diseño, arte y programación y en el que se insta a contar una historia, personal o no, pero que trascienda y sepa llegar al jugador.