Los adolescentes suelen ser el grupo social más afectados por los Trastornos de Conducta Alimentaria. Se encuentran en una etapa vital en la que el entorno no social inlfuye facilmente en ellos, en la que tras experimentar algún problema emocional o un sufrimiento excesivo, comienzan a surgir estos desórdenes. A pesar de que los más sonados son la anorexia y la bulimia, existen otros como el trastorno por atracón, que está experimentandos altos picos de diagnósticos. «Los tres tipos tienen una base común: la dependencia de la valoración de los demás, una baja autoestima y la negativa percepción de la persona, así como el uso de la comida y el cuerpo como herramientas de regulación del estado emocional», aclara Laura Rodríguez.

Para detectar este tipo de trastornos es necesario conocer que aspectos diferencian a cada uno de ellos. En el caso de la anorexia, la persona se caracteriza por el bajo peso y por una conducta imperante de restricción alimentaria acompañada del miedo excesivo a engordar. El fin del afectado es siempre estar por debajo del peso que ellos consideran como ideal. «estas personas tienen una adicción a la bajada de peso que funciona igual que los mecanismos neuronales que pueda tener la drogadicción. Suelen ser chicos o chicas bastante exigentes y perfeccionistas, muy críticos consigo mismos que canalizan el sufriemiento mediante esa restricción de alimentos», destaca.

Por su parte, los afectados por bulimia buscan el control emocional mediante el peso, pero produciéndose episodios de sobreingesta en los que se pierde el control por la comida. Posteriormente, este atracón es compensado con vómitos con lo que regular ese sobreexceso.

En el caso del trastorno por atracón, usan la comida como instrumento para calmar las emociones frente a acontecimientos que le hayan producido estrés, ansiedad o cualquier estado emocional negativo. Los afectados puede darse atracones o estar comiendo durante todo el sin un periodo normal de descanso. Habitualmente recurren a alimentos dulces e hipercalóricos, En este caso no utilizan ningún mecanismo de compensación, por lo que el resultado final es la obesidad.