La Policía Nacional de Málaga investiga el enésimo incidente con armas de fuego registrado en La Palmilla en los últimos meses. El tiroteo, que se cerró sin heridos, estalló sobre las 17.30 horas del primer día del año, cuando los vecinos de la plaza Verdiales y su entorno dieron la voz de alarma tras escuchar numerosas detonaciones, algunas de las cuales impactaron en dos vehículos estacionados. En un vídeo que corrre como la pólvora en la barriada del distrito norte se aprecia parte del incidente.

Un hombre con un abrigo marrón se aleja del jaleo de la plaza subiendo por la calle Concejal Pedro Ruiz García con lo que parece un arma corta en la mano derecha. Aprieta el paso y recibe indicaciones de otro varón con gorra negra y se oyen gritos de otras personas. «¿A dónde vas? ¡No tiene balas, niño!», dice uno. «¡Quitaros, quitaros!», exclama una mujer. De repente, el hombre armado se gira apresuradamente camino de uno de los bloques y, tras cruzarse con dos vecinos, se deshace de la pistola dejándola en la ventana de un bajo a través de la rejas. Duda volver sobre sus pasos, pero finalmente accede al inmueble justo cuando alguien dice haber visto a un «guardia» y se escuchan más de media docena de disparos consecutivos.

La investigación policial vincula estos incidentes con la bala de gran calibre que a la misma hora atravesó la ventana de una vivienda localizada en un sexto piso de la calle Olletas (distrito centro), a aproximadamente kilómetro y medio de distancia de la plaza Verdiales, hecho que da una idea de la capacidad del armamento utilizado en el incidente.

Plantación

A La Palmilla acudieron varias dotaciones de la Policía Nacional y de la Policía Local, cuyos agentes llegaron a ver a tres personas armadas que al percatarse de la presencia policial buscaron refugio en uno de los edificios de la plaza Verdiales. Al comprobar que en la calle había medio centenar de casquillos de armas cortas y largas (posiblemente fusiles o subfusiles automáticos), los agentes solicitaron refuerzos al tiempo que intentaban localizar puerta por puerta a los supuestos autores de los disparos. Las fuentes consultadas explicaron que la búsqueda terminó centrándose en dos inmuebles de la tercera planta, donde los policías se toparon con una vivienda con la puerta abierta, sin nadie dentro, que resultó ser una plantación de marihuana con más de 120 plantas en el interior y numerosos útiles para su cultivo. Acto seguido, los policías llamaron a la vivienda contigua, pero no hubo respuesta a pesar de que era prácticamente la única opción que quedaba. Las fuentes, sin embargo, no pudieron confirmar si finalmente se produjo un registro domiciliario, aunque además de la Policía Judicial y la Policía Nacional, al lugar fueron trasladados efectivos del Grupo Especial de Operaciones (GEO).