José Manuel, de 11 años, abre los regalos con tanto nerviosismo y pasión que por el aire flotan ya retazos de papel de envolver. «Antes de llegar a casa los ha abierto todos, está loco por abrirlos», dice su madre, Zaira del Pozo.

A José Manuel se le ilumina la cara cuando descubre que los Reyes Magos del 3 de enero -tres días antes que el resto de niños de Málaga- le han traído un futbolín, una mochila y una bolsa de deportes. «No me lo esperaba, me ha gustado todo», confiesa.

En otro rincón de la enorme sala de Integración para la Vida (Inpavi) Carmen Reyes comprueba complacida que los Reyes no se han olvidado de sus tres hijos de 5 meses, 5 años y 11 años. «Estoy en el paro y sin ayuda, así que esto para mí es un milagro. El que estas personas nos hagan este regalo es un regalo para nosotros. Algunos de ellos los guardaré para la Noche de Reyes», cuenta.

El milagro del que habla es posible gracias a la ONG Inpavi Málaga, una asociación sin ánimo de lucro nacida en México como brazo social de la entidad religiosa Centro de Vida Cristiana y que trabaja en La Corta, donde tiene su sede desde hace más de 20 años.

En la tarde del jueves repartió cerca de mil juguetes sin estrenar a unos 250 niños de familias en riesgo de exclusión social, además de una merienda, gracias a la generosidad de Zonta Andalucía Málaga, la iglesia Centro de Vida Cristiana, el Colegio Alemán de Málaga, la Confederación de Empresarios de Málaga, Gross Dentistas, el Banco Santander, el restaurante Vino Mío, El Corte Inglés y La Canasta.

«Cada año hay más regalos y personas comprometidas, a la vez que la entidad ha ido madurando», cuenta la delegada de Inpavi, Eva Pascual, que recuerda cómo en los comienzos los regalos que se entregaban eran de segunda mano, algo que ya no ocurre.

Además de los niños, padres y familiares se reúnen para el reparto y de paso, asistir a un espectáculo de música y payasos; en total unas 400 personas, coordinadas por 25 de los más de 300 voluntarios activos con los que cuenta esta ONG.Con 13 años empezó de voluntaria Laura Chaparro, que hoy tiene 26 años y es la responsable de prensa de Inpavi en España. «Este día es el broche de oro a mucho esfuerzo. Son familias que quieren cambiar, salir de la situación en la que están y acompañarlas en ese proceso es un privilegio», confiesa.

Muy cerca de ella, Anthony, de 5 años, posa con un regalo todavía sin abrir, y eso que comenta que este año se ha portado «regular».

Feliz está Ana María, de 32 años, una mujer maltratada de La Palmilla, madre de cinco hijos. A su hija Dayanna, de 9, Melchor, Gaspar y Baltasar le acaban de regalar un taller de globos y a Daniela, de 7, los muñecos de Mi pequeño Pony.

Para Ana María es un alivio porque, explica, está en paro y sólo cobra por ser víctima de violencia de género. «He seguido un curso de hostelería y todos los que puedo; he sido camarera, niñera, limpiadora, camarera... me gustaría conseguir un trabajo», confiesa.

Ana María quiere cambiar su vida. Los Reyes Magos de Inpavi, por lo menos, le han devuelto la sonrisa.