Aunque los siglos no dejen de pasar, la triada mediterránea del trigo, la vid y el olivo continúa marcando nuestra vida, como marcó la del pasado, y ahí están las monedas romanas de Acinipo, en Ronda, «acuñadas con una espiga de trigo», recuerda el profesor Francisco José Rodríguez Marín, presidente de la Asociación en Defensa de las Chimeneas y el Patrimonio Industrial de Málaga.

Este colectivo acaba de publicar su tradicional calendario con la colaboración de la Diputación de Málaga y su centro de ediciones, en esta ocasión para difundir lo que durante siglos hizo posible que el trigo se transformara en harina y pan: los molinos harineros de la provincia. Doce de ellos, en palabras del profesor Rodríguez Marín, «modestas factorías preindustriales», son los protagonistas del calendario de 2019.

El mes de enero está representado por el Molino de Montosa o Molino Alto, en Sedella. Sin descartar una antigüedad mayor, hay referencias del edificio a mediados del XVIII. En estado ruinoso, en 1994 lo compró el Ayuntamiento de Sedella y lo restauró. Destaca su cubo de ocho metros por donde caía el agua y su rodezno original (la rueda hidráulica con paletas de madera).

Febrero, por el segundo molino de San Telmo, en Málaga, unido a la construcción del famoso Acueducto de San Telmo en 1786. Aunque se proyectaron doce molinos harineros, sólo se hicieron seis y se conservan los dos primeros, a espaldas de la finca de San José. Este segundo conserva íntegra toda la maquinaria para moler. La enorme rueda hidráulica vertical se le acopló cuando empezó a faltar el agua, aunque nunca se utilizó porque en 1917 se le puso un motor eléctrico.

En marzo el protagonismo es para el Molino de José Navas o de Matías, en Árchez, en estado de abandono. Los molinos del pueblo funcionaban gracias al agua del río Turvilla. Pascual Madoz menciona dos molinos hidráulicos de una rueda cerca del casco urbano a mediados del XIX.

El mes de abril está representado por los molinos de Jorox, en Alozaina. Jorox es una pedanía de Alozaina con una amplia red de acequias y albercas gracias al caudal casi constante todo el año del río Jorox. El río y los saltos de agua hicieron posible la construcción de numerosos molinos para hacer harina. Las primeras referencias a los molinos de Jotrox provienen del siglo XV, con la conquista cristiana. Llegó a haber nueve molinos y se conservan seis en muy buen estado.

El molino del mes de mayo es el de Inca, en la margen derecha del río Guadalmedina, junto al Camino de Casabermeja, en Málaga capital y dentro de la antigua finca de La Ventilla. Dos de las tres naves originales están en buen estado. Es una construcción bastante recia de piedra y ladrillo y cubiertas en bóveda. Del molino se tiene noticia por vez primera en 1705, cuando termina de construir un molino harinero don José de Inca Sotomayor. Lo compró el Acueducto de San Telmo para redirigir el cauce de las aguas del molino al acueducto.

Junio está representado por el molino harinero de Frías, en Periana. Había doce funcionando en el pueblo a mediados del siglo pasado, a lo largo del curso alto del río Guaro. Algunos de ellos han sido adaptados para vivienda y restaurados como el de Frías, de dos piedras y en perfecto estado de conservación. En la galería que acompaña esta información, el cernidor del molino que sirve para seleccionar la harina según su grosor.

El protagonista de julio es el Molino Morisco o de los Corchos, en Alhaurín el Grande. En el pueblo hubo siete molinos harineros y no muy lejos de él, en el río Fahala, dos molinos hidráulicos que se conservan. El Molino Morisco está datado a finales del XV o comienzos del XVI y se conoce como el de los corchos porque se adaptó para la molienda de este material. Está en muy buen estado.

El mes de agosto está representado por el Molino de la Virgen de Belén, en Riogordo. Ya en 1497 el pueblo pagaba tributos a la capital en fanegas de harina. Próximo al casco urbano, el Molino de la Virgen de Belén funcionó desde los años 30 del siglo pasado, primero con gasoil y luego con electricidad. En la galería, el tornillo de Arquímedes que transportaba la harina molida.

El molino de septiembre es el hidráulico de Algatocín. El pueblo tuvo tres molinos harineros hidráulicos construidos en el XVII. De ellos se conservan los inmuebles, aunque transformados en viviendas o almacenes, si bien mantienen el mecanismo de la molienda.

El Molino de Inca de Torremolinos es el protagonista de octubre. Junto al nacimiento de Los Manantiales. Forma parte de un jardín botánico municipal, es visitable y de él ya hay referencias en 1432. Su propietario en 1702 fue el mismo que el Guadalmedina, José de Inca Sotomayor.

En noviembre el molino elegido es la Noria de la Aceña en Cuevas de San Marcos, un pueblo que tuvo seis molinos harineros, uno de ellos, el elegido para el calendario, en el río Genil, que ha sido restaurado y tiene paneles informativos. Una aceña es el molino harinero situado junto al cauce de un río.

Diciembre tiene como representante el Molino del Cañaveral o de Soliva, en Málaga capital. Construido entre el XVI y el XVII, su mal estado, pese a estar en el catálogo de protección arqueológica del PGOU, motivó que la asociación en defensa del Patrimonio Industrial diera la voz de alarma en marzo del año pasado.