Después de la retórica, vienen los hechos. Que la atracción del poder iba a ser demasiado grande para estrellar un acuerdo entre el PP, Ciudadanos y Vox que sirva a para sacar a Susana Díaz del poder estaba cantado. Apenas 24 horas después de conocer el manifiesto político de medidas esquizofrénicas de Vox para liquidar la autonomía andaluza, los de verde, que nada tienen en común con los partidos verdes tradicionales de nuestros países vecinos de la Europa central, levantarán el pulgar para que Juanma Moreno pueda ser investido la semana que viene. Muda melancólica en los despachos de muchas consejerías a la vista. El relevo en el poder siempre viene acompañado de oportunidades para unos y de lamentos para otros. Confiesa un cargo público del PSOE la existencia de casos que pudieran parecer paradójicos, pero que no extrañan a los que conocen mínimamente las telarañas de las instituciones en Andalucía. «A mí me ha venido gente para preguntarme cómo se redacta un currículum», explica esta persona, dejando claro hasta qué extremo el 2D fue un topetazo de escándalo para algunos. Gobierno nuevo, vida nueva. Es lo que le depara la legislatura con Moreno al frente a los afortunados. Cargo nuevo, más bien. Es verdad que Elías Bendodo dibujó este martes una concepción de la política muy parca en cuanto a ambiciones. Ser parte del reto de cambiar Andalucía, vino a decir, era una recompensación más que suficiente. Descendiendo a la realidad, prima el pragmatismo y él es ahora mismo la persona en Málaga que mejor está posicionada para jugar un importante papel en la Junta. Moreno, antes de las elecciones, ya dejó claro que se lo llevaría a Sevilla en el caso de presidir la Junta. Muchos se rieron ante esta profecía. Algunos dentro del propio PP, a los que ahora le duelen las palmas de las manos de aplaudir, los que más. Él no da pistas y repele las preguntas con esa sonrisa, sin embargo, que delata a los que saben que algo bueno está por venir. La ilusión anticipada es la ilusión que mejor sienta. No pocas veces se desvanece demasiado rápido cuando se entra en contacto con la realidad. En boca de todo el mundo está que Bendodo pueda ocupar la Consejería de Presidencia. De todo el elenco de carteras, la más jugosa. A efectos prácticos, el número dos y manejando muchos recursos económicos. La relación personal entre Moreno y Bendodo es inmejorable. En realidad, el tándem, más que con Francisco de la Torre, era este.

El reparto de consejerías será equitativo para dar sentido al nuevo Gobierno de coalición andaluz que formarán el PP y Cs. Eso limita, a su vez, el poder a repartir. El otro nombre que suena con fuerza para ocupar una consejería es el de Javier Imbroda. Por su pasado, lo lógico sería ponerle al frente de Deporte. Conseguiría ser el último responsable del Instituto Andaluz del Deporte. Aquí ya se acabaría el elenco de posibles consejeros malagueños. Todas las fuentes consultadas confirman que no habría margen para más. Si Moreno ya es malagueño y ocupa la presidencia, junto a Bendodo e Imbroda ya está más que colmado el cupo territorial. Andalucía sigue teniendo ocho provincias.

El efecto mariposa ya se ha desatado, mientras tanto, entre muchos cargos que son de la cuerda de Bendodo. Para empezar, habrá que nombrar a un sucesor como presidente de la Diputación. Francisco Salado ya es alcalde del Rincón de la Victoria, un hecho que podría complicar un relevo que desde fuera se percibe como natural. Fuentes consultadas apuntan a que Arturo Bernal también estaría encantado de acompañar a Bendodo en su nueva aventura en la política regional. Es verosímil que muchos se quieran ir ahora con él. En mayo la Diputación se pone a juego otra vez y peligran los cargos de confianza. A nivel andaluz, sin embargo, esperan cuatro años.