Ayer, mientras se verificaban los movimientos de la jaula por la que estaban a punto de bajar los ocho mineros encargados de culminar el rescate de Julen, el alcalde de Totalán, Miguel Ángel Escaño, hacía balance de una docena de días que le han proporcionado momentos de angustia, satisfacciones por ese trabajo bien hecho y hasta desesperación, por la tremenda dureza de los estratos que impedían perforar las entrañas del pozo vertical.

Llegó el día. ¿Cuáles son sus sensaciones justo cuando están a punto de entrar los mineros en ese túnel vertical?

Pienso que Julen está ahora en las manos de un equipo minero que es una auténtica elite, un cuerpo especial al alcance de muy pocos países por su extraordinaria especialización. Ellos para entrar en esta brigada tienen antes que superar test y exámenes muy complejos. Por supuesto que es mucho más difícil llegar hasta ahí que al cargo de ministro del Aire.

¿Cómo les ha visto durante los días de espera?

Quiero hablar de todos, pero en primer lugar destacar el papel de la persona que está al mando, Sergio Monzón. Tiene un único objetivo desde el principio, que es sacar a Julen. Todos los brigadistas en esta semana larga han estado deseando entrar al pozo, pero eso no quita que hayan estado aislados de todo lo que se dice fuera. A cualquiera le diría que se trata de un equipo que no quiere ningún tipo de protagonismo, que viene a hacer su trabajo y a situarse en el tercer o cuatro plano. Quieren aparecer difuminados dentro de todo el enorme operativo de rescate.

¿Se siente responsable de que hoy estén aquí para afrontar esa última parte de la obra civil?

Yo tengo que reconocer que los conocí gracias a la ministra de Defensa, Margarita Robles. Todos saben de la desesperación que públicamente manifesté el martes de la semana pasada cuando vi que las cosas no se estaban haciendo tal y como yo esperaba. Logré contactar con ella y tras requerirle muchos medios, no tardó en proponerme personalmente la llegada de la Brigada Minera. Ella es una gran conocedora de todos los recursos disponibles para un caso de este tipo y no tardó en localizarlos.

Y así pasó usted de la desesperación pública a un tono colaborador y más moderado.

Fue gracias a Margarita Robles. Me ha sorprendido mucho, gratamente. Por el altísimo grado de implicación y la disponibilidad que ha tenido hacia mí, como representante de mi pueblo. Me ha trasladado tranquilidad y en todo momento me ha tenido informado de la preocupación que mantenía el presidente, Pedro Sánchez.

Esas continuas llamadas que ha recibido del Gobierno central también habrán servido de motivación al resto del equipo.

Lo he trasladado a todos los integrantes de la comisión técnica y también ellos han mantenido un contacto directo con ellos. Todo ha ido rodado pese a los numerosos obstáculos orográficos que durante esta semana han aparecido.

¿Se arrepiente de algo?

De nada de lo que dije. Siempre pretendo remar en la misma dirección, pero soy muy crítico. Tal vez a veces resulto incongruente. Pero reconozco que si no me gusta algo lo digo públicamente. Sin rodeos.