Este viernes se vivió una nueva contrarreloj contra la montaña en Totalánnueva contrarreloj contra la montaña. Si a las once de la noche del pasado jueves los mineros habían mejorado sus previsiones con casi un metro excavado en el túnel horizontal, la madrugada fue especialmente complicada. Tuvieron que entrar en acción de los especialistas de montaña de la Guardia Civil para realizar dos microvoladurasdos microvoladuras, a las que se unieron dos más, una al filo del mediodía y una cuarta, ya a centímetros de Julen, sobre las siete de la tarde.

Así se pudieron superar nuevos estratos de altísima dureza, como los encontrados esta semana en los trabajos para perforar el túnel vertical de unos 60 metros. Sin la ayuda de esas pequeñas explosiones la culminación de las obras no hubiese sido posible en tan corto espacio de tiempo.

Además, con el objetivo de que ante episodios similares los especialistas de la Guardia Civil pudieran establecer relevos, dos helicópteros trasladaron desde Cantabria y Palma de Mallorca a sendas parejas de especialistas. Ya a primera hora, el portavoz de la Guardia Civil, Jorge Martín, subrayaba esas «complicaciones del terreno» que se habían encontrado durante la noche, «que son las mismas que se hallaron al perforar el túnel vertical».

Así especificó que el equipo de rescate tuvo que realizar hasta tres microvoladuras y que cada una de ellas había retrasado en unas dos horas el ritmo de trabajo. Martín aclaró cómo se efectúan cada una de esas pequeñas explosiones controladas: «Para realizar cada una de las microvoladuras dos mineros descienden hasta el punto en cuestión y perforan en la roca distintos agujeros donde serán introducidas después las cargas explosivas. A continuación tienen que ascender a la superficie y son relevados por dos especialistas en espeleología y microvoladuras del equipo de montaña de la Guardia Civil. Estos descienden a su vez y colocan las cargas explosivas en el interior de los agujeros y vuelven a la superficie para que se proceda a detonar desde la superficie dichas cargas», detalló.

Airear durante media hora

En cuanto a los tiempos que toma dicha operación, Martín insistía en que cuando «todo el personal está arriba se detonan las cargas» y se culmina un proceso que requiere de una hora y media.

«Pero luego hay que esperar unos 30 o 40 minutos para extraer de manera forzada el aire de abajo y evacuar el polvo y los gases que se encuentran abajo. En total se son más de dos horas por cada microvoladura», finalizó.

Quiso de la misma forma destacar que los trabajos avanzaban en función de lo que la montaña dicta, de manera que ya el jueves se había pedido «prudencia respecto al tiempo necesario para llegar hasta Julen».

También se refirió a los trabajos logísticos que por la mañana había puesto en marcha el helicóptero de apoyo que el jueves por la noche estacionó cerca del pozo. «Ha despegado hacia Sevilla, al objeto de acumular más material explosivo y que no falte en ningún momento», incidió.

Y también se refirió a que los ánimos seguían «estando igual de altos» que cuando comenzó esta fase final del rescate. «Ahora la montaña manda en nuestros trabajos, marca el ritmo de trabajo. Igual que hemos encontrado materiales extremadamente duros en el túnel vertical, también los estamos encontrando en el túnel horizontal. Hay que trabajar con el ritmo de la montaña», matizó acerca de estas tareas finales de una obra civil que ha requerido de más de diez días de trabajo y la labor a diario de unas 300 personas.