El Carril del Mallorquín parece un museo del asfalto y el hormigón. En escasos 500 metros, detallan los vecinos, hay un par de tramos de los años 60 realizados por el desaparecido Instituto Nacional de Colonización; unos 200 metros de pavimento ecológico que ha resultado un experimento fallido por la polvareda que causa y los baches que luce; un tramo de hormigonado municipal y otro que, aventuran, es probable que lo realizara la vecina central térmica de Campanillas y está atiborrado de baches.

A un tiro de piedra de la central y el PTA, las cerca de 30 familias del diseminado de El Mallorquín llevan varios años reclamando al Ayuntamiento que esta carretera municipal tenga un reasfaltado digno.

Los baches y la polvareda les están afectando a la salud, y no es ningún tópico: «Aquí vive una vecina con cáncer que como no tiene medios, la ambulancia tiene que llevarla y traerla y cada vez que pasa por los baches le duele», comenta José Aguilar, presidente de la Asociación de Vecinos La Presa, que agrupa varios diseminados de la zona.

José Aguilar recuerda que, hace unos tres años, la Gerencia de Urbanismo decidió aplicar, de forma «experimental» unos 200 metros de pavimento ecológico a un tramo de la carretera, pero como explica Manuel Martín, vecino de El Mallorquín, «por aquí pasan muchos camiones, toman la curva y levantan una polvareda enorme». Manuel Martín califica el pavimento ecológico de «porquería», por eso pide «un asfaltado rodado en condiciones desde la puerta de la Térmica, porque todos los operarios pasan por aquí».

Aunque el PGOU actual establece que no se pueden asfaltar los carriles, los vecinos insisten en que se trataría de un reasfaltado, no de asfaltar nada nuevo. En este sentido, Salvador Sánchez todavía recuerda cuando, en los años 60 el Instituto Nacional de Colonización asfaltó esta carretera, con un asfaltado de la época, a base de gravilla y betún. «Había hileras de bidones tirados por la carretera y no veas el olor que había. Era un asfaltado pobre porque entonces había muy pocos coches», destaca. No es el caso en nuestros días, cuando, aseguran los vecinos, pasan coches y camiones pesados con gran frecuencia.

Por eso, el presidente vecinal José Aguirre pide que se reasfalte en condiciones: «No queremos ningún tipo de reparación chapucera, nada de rebacheo, gravilla compactada o el uso de la niveladora». Además, recuerda que en el último consejo territorial de distrito manifestó que «si el Ayuntamiento hace una reparación chapucera, los vecinos pararemos la obra».

La concejala de Campanillas, Elvira Maeso, contestó ayer a los vecinos e informó de que ha pedido a la Gerencia de Urbanismo que a su vez pida la autorización a la Junta para incluir el arreglo del Carril del Mallorquín en el plan de asfaltado municipal, dado que se trataría de un reasfaltado y no del asfaltado de un carril, que no se permite.