Trasladan a Campanillas las perreras de Capuchinos

Los perros estarán en Campanillas de forma temporal, «mientras se encuentra un espacio definitivo», informan fuentes de la Subdelegación, que señalan que la propia subdelegada, María Gámez, se ha encargado de informar del traslado a la portavoz de los vecinos afectados.

Como adelantó La Opinión, alrededor de 300 familias del entorno del antiguo cuartel de Capuchinos llevaban 15 años con problemas de ruido y sueño a causa de los ladridos de los perros, que escuchaban a cualquier hora del día o de la noche.

María Gámez, que conoció el problema en agosto pasado, se comprometió ante los vecinos a buscar una solución y se puso en contacto con la secretaría general de la división económica y técnica del Cuerpo Nacional de Policía.

En noviembre del año pasado, cuando este diario volvió a recoger el problema, Yolanda Pazos, la portavoz vecinal, contaba que, con un embarazo de riesgo, había tenido que dejar su piso en propiedad y marcharse a vivir de alquiler para estar lejos de las perreras. «Me aconsejaron que tuviera mucha tranquilidad y de madrugada me despertaban los perros con muchísimas frecuencia».

Por su parte Pepi Márquéz, vecina de la calle Juan del Encina, contaba: «Te vas a trabajar agotada porque no te han dejado descansar sábados, domingos... todos los días. Y si ladraran solo durante el día...pero se ponen a ladrar de madrugada».

La portavoz de los vecinos explicó que había tenido reuniones con la actual subdelegada y con el anterior, Miguel Briones, a los que les había entregado fotografías y vídeos del problema. Las quejas de los vecinos también llegaron en 2017 al Defensor del Pueblo Andaluz, que concluyó en su informe que la perrera de la Comisaría central llevaba «años acuciando a todo el vecindario».

Con este traslado, los vecinos podrán dormir tranquilos después de quince años de molestias.