El comité de empresa de Limasa ha reaccionado ante «el tour que la concejala Teresa Porras» está realizando por los cuartelillos para informar de la propuesta municipal, acusando a la edil de «romper el pacto de caballeros y señora» que ella misma había pedido para negociar «con sigilo» y de difundir «arteramente mentiras y verdades a medias» para intentar crear «la división y la discordia» en la plantilla.

En un comunicado elaborado por un miembro del comité y respaldado por todos sus integrantes, según aseguró su presidente, Manuel Belmonte, y escrito en clave interna para la plantilla, se explica que la escasa información difundida hasta ahora tan solo se debe a que el comité de empresa «ha actuado siempre dentro de las reglas de juego que nuestra concejala nos pidió en su primera visita a Los Ruices. Y que fue que los trapos sucios los laváramos en casa».

Ante tal petición y a la espera de poder llevar a buen término una negociación que pudiera solventar tanto los atrasos, como un nuevo convenio colectivo, con el fin de poder llegar a la municipalización, «hemos guardado el debido sigilo con todas las reuniones».

Pero ese «pacto de caballeros y señora» «se rompió esta semana» -en relación a la semana pasada- cuando, tras reunirse por última vez para tratar el tema de los atrasos, la empresa y el Ayuntamiento, de manera unilateral, envían por mensaje «a todos» la propuesta «que quieren que aceptemos sí o sí, a fin de crear la polémica y la discordia en la plantilla de Limasa».

Añaden que, durante la semana pasada, «estamos sufriendo el tour de nuestra concejala por los cuartelillos diciendo mentiras y verdades a medias, que son las peores mentiras»; y que el sábado y domingo se reunió con los operarios del fin de semana, «trabajadores a los que se quiere ganar vendiendo el que se van a hacer muchos fijos a tiempo completo, pero lo que no cuentan es de qué forma y a quien quiere pasar a tiempo completo, lo que causaría la discordia entre ese personal».

Recuerdan que, frente a los 100 trabajadores a tiempo completo que plantea la propuesta municipal, «nosotros pedimos 150 trabajadores a tiempo completo, 50 más que la empresa, además de que cada tres meses, se cumpla una tasa de reposición que supondría cubrir por personal de fin de semana todas las bajas que se produzcan en la empresa».

Insisten en que no renunciarán a reclamar los atrasos y rechazan que la productividad variable salga de esos atrasos. «No podemos ni debemos permitir que el dinero que nos deben de atrasos podamos ahora cobrarlo o no en función de las bajas que podamos sufrir o de la calidad o cantidad de trabajo que podamos realizar».

Aceptan que la paga de enero de 1.431 euros se ponga como variable de productividad; con ello ya hemos «cedido en la petición del alcalde sobre que nuestro trabajo sea juzgado y fiscalizado», pero «no tienen bastante y ahora quieren también nuestros atrasos».

Concluyen con una «reflexión» y un mensaje de advertencia: «una cosa es ser puta y otra poner la cama».