Febrero acaba de empezar y para los padres la cuenta atrás también se ha puesto en marcha. La Semana Blanca se acerca. Siete días de vacaciones escolares en mitad del trimestre. Toca elegir campamento, una buena oportunidad para que los menores vivan una experiencia diferente y una solución para los padres que deben seguir trabajando. Sin embargo, las alternativas son tantas y tan variadas que no es fácil determinar la mejor opción para una semana que este año se celebra entre el 25 de febrero y el 3 de marzo. Los expertos coinciden, es fundamental escuchar al menor, que participe en la decisión. Es el primer paso pero hay más factores importantes a tener en cuenta.

Para empezar, María Ángeles Castillo, psicóloga y profesora asociada en la Facultad de Psicología de Málaga, subraya como beneficiosa la experiencia de ir a un campamento porque da a los menores la oportunidad de aumentar la confianza en sí mismos, aprender a autoprotegerse o ampliar su círculo de amistades. «Es una experiencia que se traduce en madurez», asegura Castillo. Y apunta a continuación que en muchas ocasiones es a los padres a los que les cuesta «ver crecer a sus hijos y limitan su independencia». «A algunos padres les da miedo que los niños vayan de campamento y pueden trasladar ese temor a sus hijos», advierte la psicóloga sobre el peligro de la sobreprotección.

Por ello, a partir de los 8 o 9 años -dependiendo de su nivel madurativo- es positivo que los niños empiecen a ir a campamentos, aunque antes, sobre los 3 o 4 años ya es un buen momento para que se queden a dormir en casa de algún familia o amigo y evitar así lo que los psicólogos llaman «ansiedad de separación», un temor infantil que «hay que eliminar porque cuanto mayores son peor», indica Castillo, que añade que hay que saber si el niño puede dormir fuera de casa sin problema y si sabe seguir las normas.

La Semana Blanca se convierte así en una buena oportunidad para que los menores participen por primera vez en actividades fuera del entorno habitual, ya que la mayoría de los campamentos son diurnos y suelen tener el mismo horario que la jornada escolar.

Una vez decididos a buscar campamento, los padres se enfrentan a todo un reto frente a la gran oferta existente: campus deportivos, artísticos, tecnológicos... ¿Cómo elegir? ¿qué factores hay que tener en cuenta? El pedagogo Enrique Sánchez da algunas claves que pueden ayudar mucho. En primer lugar, aunque el campamento nos sirva para conciliar, no debe ser una especie de «aparcamiento» para los niños. «Hay que buscar opciones más allá del mero tutelaje, para lo que resulta conveniente analizar el programa de actividades y asegurarnos de que ofrece una propuesta de ocio inspirada en valores educativos», explica este experto.

La siguiente clave a la hora de buscar campamento es que tenga un enfoque recreativo. «Se trata de las vacaciones de nuestros hijos y así deben entenderlo también ellos. Conseguirlo pasa por encontrar una opción que se ajuste a sus aficiones y preferencias», aconseja Enrique Sánchez. Un punto en el que también coincide la psicóloga, que advierte de que el niño debe participar en la decisión y «no percibir el campamento como una obligación sino como una oportunidad». Lo contrario puede derivar en una mala experiencia.

Compensar el sedentarismo

El tercer punto importante es que las actividades que se elijan compensen el «sedentarismo de pupitre», por lo que lo indicado sería decantarse por una opción lúdica o deportiva, preferiblemente al aire libre, «más allá de los usos habituales del patio del colegio». Un consejo que se relaciona directamente con otra de las claves que apunta el pedagogo: que el campamento suponga una «ruptura con lo escolar». Los menores también necesitan desconectar, aunque los padres se inclinen a veces por programas con contenido formativo. «Por muy seductoras que parezcan, huye de las ofertas que incluyan repaso de lengua, apoyo en matemáticas», advierte Sánchez.

En la misma línea, María Ángeles Castillo indica que si enviamos al niño a un campamento centrado en lo que creemos que tiene alguna carencia educativa, «lo saturamos». Y añade que muchos niños dejan de estudiar hoy en día por la excesiva presión, por la competitividad mal entendida. Una vez más, recomienda escuchar a nuestros hijos para determinar qué es lo más adecuado.

Por último, el pedagogo recomienda que el programa del campamento no sea cerrado, lo que «conlleva cierta imposición sobre un tiempo que debería ser de libre disposición».

Estas serían las claves para elegir el mejor campus esta Semana Blanca, pero qué hacer si el niño no quiere ir o ha tenido una mala experiencia anteriormente. Transmitirle tranquilidad y hacerle ver lo positivo de la experiencia es básico, indica la psicóloga. «Es normal que al principio el niño se sienta extraño ante una nueva situación, pero hay que tranquilizarlo» y si le ha ido mal en algún campamento, se debe intentar que no lo vea como algo frustrante y que se anime a probar de nuevo.

Talleres en el Centre Pompidou y en el Museo Ruso

Otras actividades que se pueden añadir a la lista de opciones para Semana Blanca, destinadas a niños de más de seis años, son las que ofrecen el Centre Pompidou Málaga y el Museo Ruso de la ciudad.

Desde el Espacio Público Joven del Centre Pompidou invitan a los más pequeños a participar en la exposición taller '¡Con Ojo! La Exposición. Miradas sobre el punto de vista', que propone un recorrido para reflexionar sobre cómo las personas nos enfrentamos a la realidad desde diferentes ángulos y perspectivas. Para ello, los menores que acudan podrán intervenir activamente en una serie de piezas artísticas que dan la oportunidad de descubrir el vocabulario relacionado con el punto de vista (encuadre, vacío-lleno, perspectiva, composición, etc.), así como conectar con los procesos creativos propios de arte y la ilustración actual. Este taller es gratuito y se desarrollará el lunes 25 y el miércoles 27 de febrero de 17.00 a 20.00 horas, y el jueves 28 y el viernes 1 de marzo en dos sesiones, una matinal de 12.30 a 14.00 horas y otra de 17.00 a 20.00 horas .

Por otra parte, en el Museo Ruso San Pertersburgo/Málaga se realizará el taller 'Planos de identidad' para descubrir el papel de la mujer en el desarrollo del arte ruso. A partir de aquí, podrán conocer cómo el arte y la cultura occidental han ido cambiando la evolución artística de Rusia, explotando la interacción entre oriente y occidente, analizando la simbología de los colores y de las formas, entre otros. Habrá tres sesiones programadas: los días 27 y 28 de febrero y el 1 de marzo de 10.30 a 14.00 horas. Este taller también es gratuito pero requiere inscripción previa, escribiendo un mensaje a educacion.coleccionmuseoruso@malaga.eu, indicando el nombre, apellidos, edad del niño/a así como los datos del padre, madre o tutor.

Un campamento de Ciencia para los niños a los que atiende Málaga Acoge

Experimentos, un taller para fabricar instrumentos reciclados, una visita al Museum Jorge Rando, una excursión por el centro histórico de Málaga en la que conocerán las distintas culturas que han pasado por Andalucía... Estas son algunas de las actividades que está preparando el Área de Educación de Málaga Acoge, coordinada por Amparo García, para que el centenar de niños inmigrantes a los que atienden durante el curso pasen una Semana Blanca entretenida y activa que girará esta vez en torno a la ciencia y que culminará con una excursión al Parque de la Paloma de Benalmádena.

Una serie de actividades que se desarrollarán durante toda la semana, de 8.30 a 14.30 aproximadamente, y que son totalmente gratuitas para las familias.

El campamento de Semana Blanca de Málaga Acoge se incluye en el proyecto global que esta ONG dedica a los menores inmigrantes de la mano de la Obra Social 'La Caixa' y su programa CaixaProinfancia, por el que dan clases de refuerzo a los menores que lo necesitan, además de realizar actividades de ocio en las que se les transmiten valores o que tienen un trasfondo social. Unos 100 niños de entre 3 y 16 año participan en este programa, cuyo objetivo es «favorecer el desarrollo de las competencias de los niños y adolescentes y su familia que permitan mejorar sus procesos de integración social y autonomía». Como explica Amparo García, actualmente, la mayoría de los menores con los que trabajan son marroquíes, aunque también los hay procedentes de Ucrania, Perú o Colombia.

s. fernández málaga