Simon Manley está estos días por la provincia de Málaga debatiendo y reuniéndose con ciudadanos británicos sobre el brexit. Lleva unas cuantas entrevistas a sus espaldas y hay que sacarle del modo autopiloto. Luego se suelta y profundiza algo más. ¿Gibraltar español? No way.

Le recuerdo las palabras de Donald Tusk, esta semana: «Me pregunto en qué lugar especial del infierno acabarán los impulsores del brexit».

Esta retórica no ayuda. Tenemos un reto, que es llegar a un buen acuerdo con nuestros socios europeos. Necesitamos unos cambios sobre la famosa cláusula de seguridad sobre Irlanda del Norte y lograr así el apoyo parlamentario que necesitamos. Tenemos que tratar estos retos con cierta tranquilidad. Trabajar juntos para identificar los caminos que lleven a un acuerdo y evitar lo peor: la salida desordenada del Reino Unido de la Unión Europa, sin acuerdo.

El 29 de marzo acecha como un viernes negro. ¿Cree que hay margen aún para evitar un divorcio sin acuerdo, el llamado no deal?

R Hay margen. Creo que es una buena noticia que hemos sabido hoy (por ayer)...que vamos a tener más conversaciones con las instituciones europeas. Yo soy optimista.

Peter Wilding, que fue a su vez asesor de David Cameron, acuñó la palabra brexit allá por el 2012. ¿Maldice ese momento?

Un poco. Yo en aquella época era director de Asuntos Europeos. Recuerdo muy bien esos momentos de crisis de la eurozona.

A la palabra brexit se le unió el Take back control (Recupera el control). ¿Este eslogan resume el espíritu de la época que se vivía en el Reino Unido?

Hablamos de la campaña del referéndum. Hubo elementos distintos. Es difícil saber el porqué de votar en favor de la salida de la Unión Europea. Como pasa en muchas otras elecciones. Hubo varias razones. Pero creo que lo importante es que respetemos que el pueblo británico votó. Lo hizo a favor de la salida y tenemos que respetar su decisión. Ahora tenemos que aspirar a una salida ordenada de la Unión Europa y negociar una relación estrecha y positiva para el futuro.

Las personas necesitan, a todas luces, palabras e ideas simples para canalizar de manera concisa asuntos que son, tremendamente, complejos. ¿Le asusta esta dinámica?

Eso es un poco la política. Pero es verdad que la salida de la Unión Europea no es fácil. Requiere un enorme esfuerzo por ambas partes. Tenemos que trabajar juntos porque es en el interés de todos.

Theresa May ha tenido más de dos años para negociar un acuerdo con la Unión Europa, pero ha fracasado con estrépito al presentarlo ante la Cámara de los Comunes. ¿Cree que ha contado demasiado poco con la oposición y con gente de su propio partido?

El asunto del brexit es un asunto que divide a la opinión pública británica y a los propios partidos. No es fácil llegar a un acuerdo parlamentario. Pero May es alguien muy resistente. Tiene un gran sentido de Estado. Está intentando utilizar sus contactos a todos los niveles para resolver este asunto. Creo que estamos cerca de llegar a un acuerdo.

¿Qué desearía usted para el futuro a medio plazo?

Quiero que en cuatro o cinco años el Reino Unido esté fuera de la Unión Europea, pero que exista una relación estrecha con nuestros socios europeos.

¿Cuántos ciudadanos británicos están censados como residentes en España?

Tenemos, oficialmente, unos 320.000. Aunque creemos que hay más. En la provincia de Málaga hay unos 55.000. Nuestro mensaje a los británicos que viven aquí es sencillo: tienen que registrarse. Porque para nuestro Gobierno es clave para el futuro, haya o no haya acuerdo, que los británicos que estén aquí sean residentes legales. Es el punto de acceso a sus derechos.

Muchos británicos aluden al temor por la doble fiscalidad como motivo para eludir un registro oficial. ¿Puede ser el mayor problema para que los británicos den el paso a su registro?

Yo no creo que eso sea el punto clave. Yo estuve ayer (por el martes) con casi 300 británicos en Manilva. Y claro que algunos de ellos tienen preguntas sobre su situación fiscal. Pero hay respuestas claras y abogados que pueden ayudar a aclarar. Es verdad que hay mucha gente que pensaba que no necesitaba registrarse. ¡Ahora, sí!

La Unión Europa define a Gibraltar como colonia y se ha vuelto a ratificar. ¿Usted cree que es una colonia?

No es una colonia para nada. Es un territorio británico con una democracia vibrante. Yo estuve allí ayer (por el martes) en un acto con la Cámara de Comercio de Gibraltar. Hay una democracia vibrante y una economía potente. No importa lo que diga la Unión Europea, Gibraltar no es ninguna colonia. No hay que tener este debate. Que si Gibraltar es una colonia, sí o no... Vamos a lo importante. Hace unos meses logramos acuerdos importantes sobre asuntos de interés para los ciudadanos: seguridad, transparencia fiscal, medio ambiente. Ese es el camino. En lugar de palabras, acciones para lograr la prosperidad de la gente y de su alrededor.

¿Usted descarta la celebración de un nuevo referéndum?

Yo no lo veo. El pueblo británico votó en un referéndum legal. El Parlamento decidió con una mayoría enorme respetar lo votado en ese referéndum. Ahora, nuestro reto es conseguir traducir la decisión del pueblo británico y lograr una salida ordenada de la Unión Europea. Después, construir una relación estrecha con nuestros socios europeos.