El titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga ha autorizado que se tomen medidas de refuerzo en el terreno donde cayó Julen, de 2 años, tras finalizar la Guardia Civil todas las pesquisas necesarias en la zona para la investigación.

Esta decisión ha sido adoptada para evitar movimientos de tierra en la zona, bien por la lluvia o por otros condicionantes ya que para el rescate hubo que hacer una perforación y un entubado de un pozo vertical paralelo al pozo de Julen así como un acceso horizontal de varios metros hasta llegar al pequeño.

Fuentes cercanas a la investigación han indicado a Efe que tras confirmarse que la Guardia Civil no tiene que practicar más pesquisas en el terreno se ha autorizado a que se realicen obras para contención y refuerzo del suelo.

Previsiblemente estos trabajos se iniciarán la semana que viene y consistirán en asegurar la zona, entre ellos los terraplenes y taludes existentes para evitar peligros.

La instructora continúa recabando toda la información sobre el asunto, informes, declaraciones y atestados relacionados con el suceso y hasta el momento no ha tomado declaración a nadie, ni al empresario que efectuó el pozo, Antonio Sánchez, ni al dueño de la finca.

Además la jueza ha admitido la personación de los padres de Julen en el procedimiento penal abierto, aunque no ha tenido la misma suerte el dueño del terreno que también lo ha solicitado, según han asegurado a Efe las fuentes. No se ha admitido que se persone el dueño del terreno ya que no ha precisado en base a por qué lo pide, extremo necesario para que se admita su personación, bien como perjudicado o bien de investigado.

Las obras del operativo de rescate ha sido calificadas por el representante en Málaga del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Andalucía, Ceuta y Melilla, Ángel García Vidal, de "una obra de ingeniería civil humanitaria" en la que se encontraron multitud de condicionantes adversos que complicaron mucho los trabajos.

Además la dureza de las rocas obligó hasta en cuatro ocasiones a agentes de la Guardia Civil especialistas en espeleología y 'microvoladuras', a introducir cargas explosivas en los orificios de la roca para hacer pequeñas detonaciones y abrir camino a los mineros.