­Fue un acontecimiento que a él le generó sentimientos y emociones. En su investidura, se notó que Francisco Salado percibe la presidencia de la Diputación como un espacio en el que depositar ilusiones personales y colectivas. Esa vida de servicio público mezclada con una sana ambición política. Él la sitúa, por ahora, en la alcaldía del Rincón de la Victoria. Hace días que su agenda es más abultada y tiene que obligarse a despegar la mirada del móvil. A mucha gente las diputaciones no le parecen muy importantes. Sobre todo, si se trata de ciudadanos de corte urbanita. Están ahí, pero siempre andan buscando su sitio. ¿Para qué sirven? ¿Estamos ante un mero presidente de transición? ¿Tratará de dejar su impronta? Salado ofrece sus respuestas en un viernes algo extraño, cuando por la mañana se han convocado elecciones generales. Otra vez.

Elecciones generales el 28 de abril. Este país se parece cada vez más a Italia. Gobiernos fugaces y muchas convocatorias electorales. ¿Le preocupa?

La estabilidad del país es fundamental. La inestabilidad ralentiza todos los proyectos. La Diputación se financia de los Presupuestos Generales del Estado. Claro que me preocupa esa dispersión del voto. Yo creo que no nos vamos a convertir en Italia. Con el tiempo, cuando la gente vea que los partidos que han surgido al calor de la crisis económica que hemos sufrido no han solucionado nada, va a volver al voto tradicional. Estoy convencido de ello.

¿Para qué sirven las diputaciones?

Sirven, sobre todo, para darles la vida a los municipios menores de 20.000 habitantes. Si no existiera la Diputación, tendríamos que inventar otra institución para atender a los pequeños municipios. Esos municipios de 100, 200 y 300 habitantes, que necesitan los servicios esenciales. No podrían costearlos con los impuestos que pagan sus ciudadanos. Yo estoy convencido de que los habitantes de esos municipios aprecian a las diputaciones provinciales.

Entonces, hay que ser de un municipio pequeño para sentir que la Diputación es útil.

Yo creo que en esta legislatura también lo han apreciado en los municipios mayores de 20.000 habitantes. La Diputación ha estado en todos los escenarios y con todos los proyectos que afectan a la provincia en general. Ahí está el Caminito del Rey, la Gran Senda, Sabor a Málaga, el tercer hospital... En esa línea tenemos que seguir. Demostrar que la Diputación sirve.

¿Con quién tiene más responsabilidad la Diputación?

Con los pequeños municipios. Tiene que ser con los pequeños municipios. Siempre.

¿Eso se ha cumplido en los últimos ocho años? Una de las principales críticas por parte de la oposición iba dirigida a una supuesta desatención de estos pequeños municipios.

Hay datos objetivos que echan por tierra esa afirmación de la oposición. La concertación, que es el programa más importante que tiene la Diputación, que ya llega a los 33 millones de euros, es para municipios de menos de 20.000 habitantes. No pueden decir eso. ¿Qué ocurre? Por el remanente de nuestra buena gestión económica, hemos sido capaces de hacer un plan de inversiones y repartirlo entre todos los municipios. Ahí sí hemos repartido a municipios mayores de 20.000 habitantes. Y gran parte de ese remanente viene de municipios grandes como Marbella, Rincón de la Victoria, Estepona... Es injusto que ese reparto no sea también para esos municipios.

Quien abarca mucho, aprieta poco. Usted es alcalde del Rincón de la Victoria y presidente de la Diputación. ¿Qué le diría al refranero popular?

Los refranes no se pueden generalizar para todo. Depende del equipo. Depende de las horas que le eches. Yo tengo un equipo engrasado. Lo único que tengo que hacer es marcar las directrices. En Rincón de la Victoria, me pasa igual. Conocemos el Rincón como la palma de nuestra mano. Tenemos el presupuesto aprobado. Al final, van funcionando las dos instituciones. Al final, va en mi cuerpo, salud y predisposición. En vez de echar diez horas, pues echo doce.

¿Usted accede a esta duplicidad porque es transitoria?

Si fuese presidente de la Diputación para cuatro años, tendría que pensar si compaginarlo con ser alcalde. Ahora ya está todo rodado para finalizar esta etapa. Si llega una nueva, habría que plantear dedicarse a una sola cosa.

¿Quiere ser presidente de la Diputación más allá de mayo?

A mí me gustaría ser alcalde del Rincón de la Victoria.

Para ser el presidente de la Diputación, no hay que ser alcalde. Basta con ser concejal.

Mi prioridad es terminar estos meses y renovar la alcaldía del Rincón de la Victoria. En el Rincón tengo proyectos que me ilusionan muchísimo. Después del resultado de las elecciones, quién sabe que va a pasar. No sería justo decir a quién quiero más: si a mi hijo o a mi hija.

¿Por qué cuesta tanto expresar una ambición sana, como puede ser la de querer ser presidente de la Diputación?

Es que mi ambición sana es ser el alcalde del Rincón. Cuando terminen las elecciones, ya se abren nuevos horizontes. Decidirá el partido en función de las circunstancias que se han dado aquí. No debo postularme ya como presidente, cuando me debo a los ciudadanos del Rincón.

¿Qué balance hace de estos casi ocho años de gobierno del PP en la Diputación?

En estos ocho años se ha visualizado la importancia de la Diputación. La llamaban la Disfrutación. Ahora, la gente sabe que es beneficiosa. Hemos estado en todas las iniciativas. El plan de primer empleo ha beneficiado a muchos universitarios. Luego, está el logro de la deuda cero. Eso va a suponer que vamos a poder invertir más recursos económicos y afrontar nuevos proyectos en los municipios menores de 20.000 habitantes.

Las últimas inundaciones han sido una desgracia, pero han contribuido a dar luz a la Diputación.

En cualquier catástrofe, siempre ha estado primero la Diputación. Nuestros bomberos y nuestros servicios técnicos, ahí estuvieron los primeros. Estamos siempre a disposición sin poner cortapisas de competencia. Eso nos enorgullece. Tanto en las inundaciones como en el caso Julen. Nosotros hemos estado ahí.

¿Tiene algo en mente para dejar su propia impronta, aunque solo queden tres meses?

Yo también soy partícipe de lo bueno y de lo malo que haya tenido la Diputación. He sido vicepresidente, coordinando a los diputados. También ha sido fundamental el apoyo de Ciudadanos. Por mucho que la oposición haya vendido que hemos engañado a Ciudadanos. Cuando no se ha cumplido algo, les hemos explicado el porqué. Gracias a eso, vamos a llegar al final la legislatura, casi con el 100 por cien del acuerdo de investidura cumplido. ¿Que cuál es mi impronta? Yo me siento partícipe de todos los logros que hemos obtenido aquí.

¿Ciudadanos es el partido con el que más cómodo se siente el PP?

Por supuesto. El PSOE siempre ha sido el no por respuesta en todo. Cuando ha habido la posibilidad de un acuerdo, siempre han puesto sobre la mesa proposiciones que sabían que no podíamos cumplir. ¿Para qué? Para que pudieran decir que nosotros no somos un gobierno de diálogo. Pero ese discurso siempre se les ha roto porque hemos logrado acuerdos hasta con IU y Málaga Ahora. Aquí siempre ha habido un espíritu de consenso. La crispación la ha marcado el PSOE. Sobre todo, su portavoz.

¿Cree que algo va a cambiar, ahora que Francisco Conejo se ha ido al Parlamento?

Yo creo que sí. Cuando negociamos asuntos con los diputados socialistas, siempre me han manifestado que les parecía bien. Pero que tenía que darle el visto bueno Paco Conejo. Y él siempre ha buscado la confrontación. Los ciudadanos castigan esa actitud.

En este ámbito de actuación de las diputaciones, ¿hay que despojarse de la ideología?

A medida que nos acercamos a la política municipal, la ideología se va diluyendo. En un pueblo, qué quiere el alcalde, sin importar del signo que sea? Pues que esté más limpio y que tenga las mejores instalaciones deportivas. Hay muy poca diferencia. En la Diputación estamos para servir a los ayuntamientos. ¿Cuándo ha habido aquí más confrontación? Cuando hemos debatido mociones de carácter nacional o autonómico.

Es raro el pleno en el que no se debatan asuntos de política nacional. ¿Le gustaría que las mociones se limitaran al ámbito de interés de la provincia?

En esa línea vamos a ir. Vamos a limitar a una la moción de carácter nacional que se pueda traer a pleno. Y siempre tendrá que ser de carácter urgente. Una por cada grupo. Con eso vamos a acotar mucho el debate nacional.

Para cuándo estará lista la transformación de la plaza de toros de La Malagueta?

Va a estar para el verano o después del verano. La fachada ya está lista, pero está la zona cultural que requiere aún de trabajos.

¿Hay cesión de los terrenos de La Noria para el tercer hospital?

Nosotros estamos a disposición de la Consejería. Lo único que nos hace falta es que venga con nosotros y fije, junto al Ayuntamiento, dónde quiere construir el nuevo hospital. Todo parece indicar que será en ese emplazamiento. Será rápido.

¿Qué ha pasado con el Basque Culinary Center?

No se ha desestimado aún. Estamos en negociaciones. Pero está el problema de la ubicación. Dar con el lugar idóneo. La Térmica no sirve. Pero vamos a seguir negociando. Creo que es un proyecto que nos daría un salto de calidad en el mundo gastronómico, en la formación de nuestros profesionales de la gastronomía. Está claro que el segmento de la gastronomía es importante para aquellos que eligen venir a la Costa del Sol.

"El PSOE en la Junta no ha sido el mejor aliado para nosotros"

La semana pasada recibió la visita de Juanma Moreno. ¿Le dio algún consejo?

El consejo que me dio fue que siguiera pisando la calle muchísimo. Y que escuche a todos mis interlocutores.

¿En ningún momento le ha tentado dar el salto a la política regional e irse a Sevilla?

No. En el Rincón tengo muchos proyectos pendientes y me gustaría resolverlos.

Como destino turístico, ¿qué tiene Málaga que no tienen otras provincias?

Creo que es el destino perfecto. Primero, por su gente. Ahí están las encuestas que les hacemos a los turistas. Todos destacan la simpatía de su gente. Eso es fundamental para fidelizar al turista. Luego, lo completo que es el destino. Qué playas tiene Huelva y qué playas tiene Cádiz. Sí. Vale. Pero luego no tienen los servicios que tienen nuestras playas.

¿La Costa del Sol ha llegado a su tope?

En verano, es verdad, que estamos llenos. Pero creo que hay margen para seguir creciendo. Vamos rompiendo la estacionalidad.

¿A la Diputación de Málaga le va mejor con el PP en la Junta?

Indiferente no es. A la Diputación no le ha ido bien con el PSOE en la Junta. Siempre que hemos tocado a su puerta, nos hemos topado con el no por respuesta. No ha sido el mejor aliado para nosotros.