Eduardo Olaya dirige la Cátedra Peñarroya de Turismo Costa del Sol en el Instituto San Telmo, que celebra este próximo jueves 21 de febrero en su sede de Málaga el seminario La Costa del Sol, un destino competitivo hoy y mañana en el que se reflexionará sobre los principales cambios y retos que se viven en esta industria. Expertos del sector debatirán en torno a los cambios estratégicos y operativos necesarios en los próximos años.

El sector ha registrado años de récord en cuanto a llegada de turistas pero en 2018 se ha percibido una pequeña bajada en el segmento de visitantes internacionales, ¿cómo ve esta evolución?

En términos absolutos el turismo, las pernoctaciones y el gasto medio han subido de nuevo en 2018. Sí hubo algunos mercados emisores que bajaron y otros que aumentaron. Debemos decir que lo hemos hecho muy bien, pero tenemos que prepararnos porque habrá cambios y disrupciones en los próximos cinco años que hay que saber enfrentar. El mercado nacional ha mejorado pero el brexit nos va a afectar en cuanto al turismo británico y eso es un gran reto. Tenemos la ventaja de que hemos avanzado mucho en los distintos segmentos de mercado: gastronómico, de salud, deportivo, cultural, etc, pero hay que trabajar muchísimo porque el turismo va a basarse en sensaciones y experiencias. Eso nos va a exigir que tomemos decisiones radicalmente distintas a lo que hemos hecho hasta ahora.

¿A qué cambios y disrupciones se refiere?

Hay cambios radicales en las tecnologías (la información que manejan los turistas y la que tenemos en el sector es radicalmente distinta), en los hábitos (las nuevas generaciones buscan cosas muy diferentes en su experiencia en el destino), en la segmentación (se deben desarrollar alianzas y sinergias entre segmentos para presentar soluciones al cliente) y en la competencia (hay otros países con playas hermosas, climas extraordinarios y precios estupendos pero que no tienen la historia y riqueza de España).

En lo relativo a la competencia, hay destinos como Turquía, Egipto o Túnez que ya se están recuperando.

Esos países tuvieron problemas políticos y de seguridad que hicieron que muchos turistas se vinieran a España pero ya los están resolviendo. Tenemos que generar fidelidad en esos clientes y eso requiere que nuestros empresarios turísticos sepan generar sentimientos y sensaciones. Para que el turista acabe diciendo: prefiero España porque allí me lo resuelven todo.

Ante todo esto, ¿qué modelo turístico debe buscar Málaga?

Entrar a una competencia de precios es la peor decisión que puede tomar el sector turístico de la Costa del Sol. Tenemos que posicionarnos en un turismo de calidad, competir en precios sería un suicidio a corto plazo porque los márgenes disminuirían sustancialmente e iríamos a un segmento de mercado que no es el que nos interesa. Y tenemos además elementos de sobra para no tener que entrar en esa competencia de precios. Las estadísticas de 2018 indican que el gasto medio del turista está subiendo, lo que implica que vamos en buena dirección.

Ha mencionado antes el brexit, ¿qué podemos esperar?

El mercado británico va a bajar y eso le pasará factura a Málaga, a la Costa del Sol y a España pero, como se dice, «no hay mal que por bien no venga», y esto debe servirnos para que los empresarios busquen otros mercados emisores: pienso en los países nórdicos, China, Rusia, Latinoamérica, incluso África. Pueden ser fuentes de un nuevo turismo porque son zonas de mucho potencial. El mercado nacional ha repuntado pero no es suficiente. Todo esto va a exigir que nos despertemos un poco.

¿Ha conseguido la Costa del Sol desestacionalizarse o seguimos siendo básicamente un destino de verano?

La Costa del Sol se ha desestacionalizado muchísimo, es una realidad. Hay síntomas, con cifras, de que se ha ampliado la cobertura de meses. Un turismo de sol y playa sólo va de mayo a septiembre pero ahora tenemos otros segmentos. Lo estamos haciendo bien pero hay que generar alianzas entre empresas del turismo gastronómico, cultural o deportivo y así crear nuevas sinergias.

¿Málaga tiene ya la planta hotelera adecuada o hay espacio para más oferta?

Hay una adecuada oferta hotelera en la Costa del Sol pero eso no es aplicable a Málaga capital, que creo que necesita muchas más infraestructuras hoteleras. El Palacio de Ferias y Congresos o los museos están propiciando unos nuevos nichos que hacen que la capacidad hotelera se esté quedando corta, insuficiente. Por ejemplo, hay muy pocos cinco estrellas de lujo en la capital y hacen falta. En la Costa del Sol sí veo una oferta más suficiente, o por lo menos, no con el déficit de la capital.

¿Se percibe interés en implantar nuevos hoteles en Málaga?

Sí, hay mucho interés, están entrando nuevos jugadores y algunos de ellos son muy fuertes. Se presenta una nueva realidad, con grandes cadenas que están pensando en venir a la Costa del Sol.

Las viviendas vacacionales han encendido un fuerte debate.

Ésta es una de las disrupciones que se están generando no sólo en el turismo sino en todos los sectores económicos. Hay que entenderla, no se puede rechazar porque es ya un protagonista más, un competidor más. La regulación debe ir ahora orientada a que eso tampoco tenga consecuencias para los habitantes de cada zona, porque unas de las consecuencias más inmediatas es la subida de los alquileres de los pisos. Eso genera mucha inseguridad en los contratos, ya que se prefiere alquilar a turistas que hacerlo un año para alguien residente. Todo eso debe regularse por parte de las administraciones, como también la parte impositiva e informativa de estas viviendas, para que los servicios que se oferten sean los adecuados a la imagen de la ciudad. Es un protagonista que ya está aquí y que no se va a ir. No se puede desconocer eso. Pasa igual que con los patinetes que están empezando a llenar las calles. Están viniendo cosas nuevas tan rápidamente que casi no hay tiempo para ver las consecuencias. Claro que, en el caso de las viviendas turísticas, para regular hace falta también unos niveles de comunicación con los actores del sector turístico que no se está dando. No es un tema fácil.

¿Deberían pagar el impuesto de actividades económicas, como un negocio más?

Claro, es un negocio y debe pagar por definición, generar los impuestos correspondientes, sin ninguna duda. Estamos en una época de nuevos actores e inversores, debemos ser conscientes de ello. Es un momento muy relevante para el turismo pero lleno de oportunidades para todos los que llevan años en este sector en Málaga y en la Costa del Sol.