Málaga continúa confirmándose como uno de los principales focos de actividad del renacido mercado inmobiliario español con un total de 32.530 compraventas en 2018 (un 7,3% más que el año anterior) y de nuevo como la segunda provincia española con mayor número relativo de operaciones en función su nivel de población. Los extranjeros compraron el 28% de esas viviendas, una tasa que también coloca a Málaga entre las más atractivas para el comprador foráneo.

Málaga registró el pasado año un índice de 19,74 ventas por cada mil habitantes, dato sólo superado por Alicante (21,35) y superior a los de Castellón (15,32) y Almería (15,18), que completan las primeras posiciones del ranking nacional por provincias (todas ellas costeras y de perfil turístico), según el último informe del Colegio de Registradores. Entre 2014 y 2016, Málaga ostentó la primera posición, pero en 2017 y 2018 fue superada por Alicante (una provincia donde el peso del turismo residencial es, al igual que en la malagueña, muy significativo), lo que para nada resta valor al gran ritmo malagueño de compraventas.

En cifras absolutas, Málaga fue en 2018 la cuarta de España en número de compraventas con 32.530, por detrás de Madrid (76.636), Barcelona (55.892) y Alicante (38.428) y por delante de Valencia (30.443), Baleares (15.784), Sevilla (17.613), Murcia (16.744), Las Palmas (12.579) y Tenerife (11.813). En España se registraron 516.680, con una subida del 11,3% sobre 2017. Los datos de transacciones, tanto a nivel nacional como en el caso de Málaga, son los más altos desde 2008 (en la provincia hubo más de 42.000 en 2007).

Precios y ritmo de ventas

El Colegio señala que la venta se ha desacelerado en el último trimestre del pasado año. «El actual demandante de vivienda, en no pocos casos, no es capaz de asumir intensos crecimientos del precio de la vivienda como se viene produciendo últimamente. El resultado directo es una reducción del número de compraventas», apunta. A su juicio, será el propio mercado quien marcará el devenir natural del precio, «de forma que, desde el lado de la oferta, deberá asumirse un comportamiento más racional si verdaderamente se desean cerrar los correspondientes procesos de ventas».

Pese a ello, los registradores siguen sin ver paralelismos con la burbuja de hace una década. «Las características de la demanda poco tienen que ver entre ambos periodos. A lo largo de la burbuja el perfil inversor con búsqueda de rentabilidades a corto plazo estaba muy presente en el mercado. Actualmente predominan los demandantes de vivienda que tienen como objetivo el uso de la misma, así como inversores que buscan la consecución de rentabilidad a largo plazo a través del alquiler. Sin duda, el actual mercado se mueve con unas reglas propias, mucho más racionales y, por tanto, más alerta de posibles escenarios actuales y futuros», afirman.

La vivienda de segunda mano, entre las que se contabilizan las que son propiedad de los bancos, acaparó el 82,1% de las ventas en Málaga (en España fue un 82,5%), a espera de que las nuevas promociones que se vienen construyendo sigan llegando al mercado. Eso sí, el segmento de vivienda nueva sube, con un 4% de alza en relación 2017 (que ya contabilizó otro 22% de incremento sobre el año precedente). Las ventas de casas de segunda mano suben por su parte un 8,1%.

Los datos del Colegio también ratifican que el comprador foráneo continúa siendo un agente vital para el sector por el atractivo que ejerce la Costa del Sol. En 2016, los extranjeros compraron casi 9.100 viviendas en Málaga, lo que supone el 28% del total de las operaciones. El porcentaje es algo inferior al de otros años (entre 2014 y 2016 se movió en torno al 34%) por la progresiva vuelta el mercado del comprador nacional, pero sigue evidenciando el tirón de la provincia para los foráneos que desean tener una vivienda en zona costera para las vacaciones o para pasar en ella diversas temporadas al año.