La Diputación se compromete, tras una jornada de estrenos en la calle Pacífico, a acelerar el proceso de cesión de terrenos de La Noria para la construcción de un tercer hospital para Málaga. Un cometido que corresponde a la Junta de Andalucía y que está sobre la mesa desde que el anterior gobierno socialista ya se comprometiera a levantar una infraestructura sanitaria, demandada con vehemencia por el sector y por la propia ciudadanía, que siente que Málaga tiene que congraciarse con una ratio de camas y atención primaria que le es desfavorable. Fue el PSOE quien puso sobre la mesa una moción con doble vertiente. Por un lado, la mencionada cesión de terrenos, que luego fue aprobada por unanimidad. Por otro, una más espinosa desde el prisma político, al instar directamente a la Junta de Andalucía a redactar ya el proyecto para el tercer hospital. Una patata caliente que ahora reposa en manos del nuevo presidente de la Junta, Juanma Moreno, que, estando en la oposición, pidió el tercer hospital de forma sistemática.

Una vez liquidado el cambio de poder en la Junta y con las consejerías ya equiparadas con sus respectivos equipos humanos, el PSOE no va a aflojar en su labor de oposición y utilizará para ello cualquier institución y altavoz que se le brinde. El portavoz socialista, Francisco Conejo, ya venía criticando un cambio de actitud en el equipo de gobierno del PP desde que Moreno tiene mando en plaza en Sevilla. Así, habrían borrado de su acción de gobierno las mociones que instaban a la Junta e interpelaban directamente al Ejecutivo regional, y que colaban en cada pleno. Ese papel lo adoptó ayer el PSOE, al instar a la Junta a redactar ya el proyecto para el tercer hospital. El PP no se sustrajo, sin embargo, y se unió a los votos a favor del PSOE, IU, Ciudadanos y Málaga Ahora. Por lo tanto, hubo unanimidad por partida doble.

En general, el ambiente en el estreno de Francisco Salado como presidente de la Diputación fue de menos crispación que en anteriores plenos. Queda por ver si fue una excepción al alimón de la situación de cierta transitoriedad con las elecciones de mayo a la vista, o si será la tónica para el futuro. Ayer se materializaron los cambios y el baile de nombres de las últimas semanas en una imagen. Salado presidiendo el pleno, flanqueado por Jacobo Florido y Francisco Oblaré como nuevos vicepresidentes. Francisca Caracuel ya lo hacía en la época de Elías Bendodo. Aunque el PP logre mantener la Diputación después de mayo, será difícil que la misma composición de foto se mantenga en la próxima legislatura.

Al final del pleno se desovillaron las renuncias de Ana Carmen Mata, que ya está en Sevilla, integrada en la Consejería de Familia, y la del socialista Conejo. Con un tono más parco de lo habitual, se despidió con una intervención final del lugar en el que tantos órdagos ha lanzado en los últimos ocho años. Recordando, eso sí, lo que es su máxima a la hora de navegar en las tempestades políticas que, en muchas ocasiones, provoca él mismo: «Separar siempre lo político de lo personal». Al inicio del pleno, buscó descaradamente una última foto conjunta con Salado en cliché de distensión. La última impresión conforma muchas veces el recuerdo. La unanimidad transitó en redondo y en exclusiva por el pleno de ayer. Ni mucho menos. El PSOE pedía en otra moción que la Diputación desembolsara 20 millones de euros para equipar el hospital de Estepona. Quedó rechazada con los votos en contra del PP y la abstención de Cs, IU y Málaga Ahora.

Antiokupa

También se abordaron diferentes mociones de los grupos como la del PP para combatir la okupación de viviendas, garantizar el derecho de la propiedad, la seguridad de las personas, bienes y la convivencia social. La moción salió adelante con 16 votos a favor y 14 en contra. Sumó el eje PP-Ciudadanos. En contra se posicionaron el resto de partidos. Oblaré incidió en que el fenómeno de los okupas es «un problema alarmante y creciente» y advirtió de la existencia de mafias. Cs defendió «la convivencia y la necesidad de proteger la propiedad privada».